Vinos volcánicos: al son del terruño
Como el ave fénix, los vinos volcánicos son aquellos que surgen de las cenizas. Vinos milagrosos que se originan en viñas cultivadas sobre un suelo que una vez estuvo cubierto de lava. Son vinos que proceden de unas plantas que lucharon por sobrevivir en un entorno que no les era favorable, donde la mano del hombre favoreció esa supervivencia de la naturaleza.
En España, tenemos la fortuna de contar con los vinos volcánicos de Canarias. Los de Suertes del Marqués en el húmedo valle tinerfeño de la Orotova son un ejemplo de ello. Como nos contaba Jonatan García, su cara visible, en una entrevista para nuestro magazine Vignerons, estos son vinos para un consumidor abierto a nuevos sabores y sensaciones.
Ignios Orígenes es otra de las bodegas que está poniendo en valor las variedades autóctonas canarias, un proyecto que se desarrolla también en la isla de Tenerife, pero en la denominación Ycoden Daute Isora, donde trabajan con las uvas Listán negro, Marmajuelo, Baboso negro y Vijariego. Tanto en este caso como en el de Suertes del Marqués se trabaja respetando al máximo el terruño, sin usar productos de síntesis y con levaduras autóctonas durante la vinificación. (Provigil)
En países como Italia, donde se encuentra la isla de Sicilia, también cuentan con vinos volcánicos como Etna Bianco y Etna Rosso, de la bodega Planeta. Ningún viaje a esta isla puede considerarse completo sin haber visitado el Etna, el famoso volcán que un día estuvo en erupción y hoy supone un desafío para cualquier viticultor. El resultado de este suelo rico en minerales son vinos fascinantes que evocan un paisaje con historia.