¿Qué podemos esperar de los grandes tintos españoles de 2017?

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No todos los días se tiene la oportunidad de estar en la misma sala con algunos de los mejores vinos españoles del futuro. Como si se tratase de una joven promesa del fútbol que se está terminando de pulir en la cantera de un gran equipo, un vino en primeur es un candidato a estrella que todavía está terminando de limar sus virtudes, solo que en vez de hacerlo en una academia deportiva, lo hace en una barrica de roble.

Muestra de los vinos de Artadi de la añada 2017.

Como cada año, el distribuidor de vinos Aseuniv ha reunido en Madrid a algunos de los mejores vinos de su portfolio. Son vinos que todavía no pueden adquirirse físicamente, ya que como decimos están terminando de pulirse en bodega, pero sí pueden degustarse en petit comite para que tiendas, pequeños distribuidores y clientes como nosotros sepamos por dónde van los tiros en cada añada y podamos contároslo a vosotros, los consumidores finales.

Generalmente en este tipo de catas las sorpresas siempre son agradables, ya que los vinos cuya parte de su producción se destina a la venta a la avanzada suelen ser muy contrastados, como los de Álvaro Palacios en Priorat, los de su bodega hermana en El Bierzo (Descendientes de J. Palacios), los de Bertrand Sourdais en Dominio de Es (Ribera del Duero) o los alaveses de Artadi. Bodegas de las que cualquier enófilo se puede fiar.

L’Ermita y Les Aubaguetes 2017.

Este tipo de eventos sirven también para conocer de la mano de los propios elaboradores las características de cada añada en sus respectivas zonas, características que marcan sin duda el carácter de sus vinos. Y es que ya se sabe, un gran vino debe ser reflejo de su terruño, pero también de la añada que le ha tocado vivir, por eso nunca existe un vino idéntico durante dos añadas seguidas.

La 2017, que es la que ahora mismo está terminando de perfilarse, ha estado marcada en España inevitablemente por la sequía, por las altas temperaturas estivales, y muy especialmente por las heladas y tormentas de granizo de primavera, que trajeron consigo algún que otro disgusto a los elaboradores.

En cualquier caso, hablando con todos ellos, llegamos a una conclusión, y es que la añada comenzó siendo mucho peor de lo que finalmente fue. Lejos de encontrarnos con vinos excesivamente empalagosos (algo propio de añadas cálidas y secas), comprobamos con alegría y sorpresa altas dosis de frescura en la mayoría de vinos que tuvimos ocasión de catar.

Comenzamos disfrutando de los vinos de Bertrand Sourdais, el vigneron francés afincado desde hace años en Soria. Su propuesta con Dominio de Es nos dejó claro que estábamos ante una añada 2017 marcada por la profundidad y sorprendentemente por una graduación alcohólica que ha resultado ser la más baja en la historia en sus vinos. “Sabíamos que debido al calor y a la sequía nos íbamos a encontrar menos acidez, pero lo que no sabíamos es que íbamos a tener una graduación alcohólica por debajo de lo habitual. Es como si la planta hubiera madurado más por inteligencia o por instinto que por lógica”, nos comentó Bertrand.

 

En Priorat, la frescura es también el factor más sorprendente en una añada marcada por las altas temperaturas (hasta 47ºC llegaron a registrar en algunos momentos del verano). Saleta Cancelas, miembro del departamento técnico de Álvaro Palacios, nos dijo que la clave podría estar en la garbinada, un viento procedente del mediterráneo que durante muchas tardes del verano refrescó los viñedos prioratinos evitando que las cepas terminaran por deshidratarse. “Gracias a esta frescura, la añada 2017 pensamos que se podrá disfrutar antes que la 2016, que está concebida para una crianza más larga en botella”, nos dijo.

 

Justo a continuación de grandes nombres como Finca Dofí, Les Aubaguetes o L’Ermita, pudimos catar los vinos que el propio Álvaro Palacios elabora en el Bierzo junto a su sobrino Ricardo Pérez Palacios, quien nos definió la 2017 como “una añada de sorpresas”. “2017 ha sido una cosecha muy especial, muy crítica por culpa de las heladas y el granizo, y también porque fue la vendimia más temprana que hemos realizado. Empezamos el 21 de agosto cuando normalmente lo hacemos tres semanas más tarde”, nos dijo Ricardo.

Este elaborador se mostraba también sorprendido de la finura y amabilidad que presentaban vinos como Villa de Corullón, Las Lamas o La Faraona en un año especialmente cálido. “No sabemos cuál es el secreto. Al principio las uvas entraron con mucho grado en bodega pero luego se equilibraron”, una circunstancia que aparentemente este año no sufren. “De hecho este 2018 vamos con un par de semanas de retraso sobre lo que sería una añada estándar”, aclaró.

 

Algo similar ocurre en otra zona vinícola como la Rioja Alavesa, donde tiene sus viñedos Artadi. Carlos de la Guardia, uno de sus responsables, nos lo dejó claro: “Teníamos nuestras reservas sobre cómo iba a evolucionar esta añada 2017 por culpa principalmente de la helada del 28 de abril, que no la recuerdan ni los más viejos del lugar, pero a medida que vamos catando los vinos en barrica, podemos hablar de una añada muy buena, más golosa que las anteriores y con una percepción más intensa en boca”.

 

Con vinos absolutamente top como El Carretil o El Pisón nos fuimos despidiendo de estas promesas hasta pronto, deseándoles un buen año de estancia en barrica hasta que en el otoño de 2019 podamos disfrutarlos ya en casa como auténticas estrellas. Esperamos que estos meses terminen por sentarles bien. Proyección tienen para ello.