Cataluña para winelovers

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¿Os habéis preguntado por qué muchos de los vinos mejor puntuados de nuestro país tienen su origen en denominaciones catalanas? En este artículo nos vamos a detener en siete proyectos con nombre propio que nos ayudarán a entender por qué Cataluña es una de las regiones vinícolas más prósperas del Viejo Mundo.

Hace algunas semanas, el crítico de The Wine Advocate Luis Gutiérrez publicaba sus valoraciones para los vinos de Cataluña con una afirmación: “la calidad promedio de los vinos catalanes es más alta que nunca”, especialmente fuera de Priorat, Montsant y Cava, donde tradicionalmente se concentran los vinos más valorados por el mercado.

En Bodeboca damos fe de esa diversidad, que no se limita a un par de denominaciones. Muestra es que en nuestra web podéis disfrutar de más de 320 referencias de las 11 denominaciones de la región: Alella, Conca de Barberà, Costers del Segre, Empordà, Montsant, Penedès, Pla de Bages, Priorat, Tarragona, Terra Alta y la genérica Catalunya.

Si hablamos de Priorat, donde nacen los vinos más cotizados por el público, nos gusta destacar el trabajo de gente como Terroir al Limit, que propone una vuelta a los vinos tal y como se hacían hace medio siglo. Pero si salimos de ella, queremos aplaudir el trabajo de personas que no tienen el respaldo de una denominación con tanto renombre.

Ese es el caso de Castell d’Encus, bodega asentada en Costers del Segre; o Herència Altés, de la pujante Terra Alta; o Espectacle, un vino que privilegia a una denominación como Montsant. Para los cavas, nada como una casa de toda la vida como Mestres y una de las bodegas que a nuestro juicio está elaborando algunos de los espumosos con mejor relación calidad-precio del mundo: Gramona. Y para terminar, uno de los grandes nombres del Penedès, Torres, que pone el broche de oro a nuestro particular homenaje a esta tierra.

Botella de Ekam.

Castell d’Encus

Raúl Bobet pertenece a ese grupo de enólogos que en los últimos años han ayudado a cambiar la percepción que se tenía de los vinos españoles en el exterior (demasiado potentes, concentrados y maderizados ) virando hacia una elaboración más septentrional que aporte frescura en los vinos y que se aleja cada vez más de la fácil intensidad de la madurez.

Su preocupación por los efectos del cambio climático lo llevó en 2001 a la búsqueda de una zona alta y fría que no acusara tanto el impacto que preveía en el entorno. Con una buena dosis de intuición pero al mismo tiempo avalado por su experiencia profesional, encontró un paraje casi idílico, un camino de montaña a caballo entre las altas cimas del Pirineo y la Sierra del Montsec.

Castell d´Encus es un proyecto cuidado, casi obsesivo, en el que llevan a cabo una viticultura orgánica y una elaboración con aspectos que son realmente singulares.

En Priorat apostó sin fisuras por las Cariñenas y las Garnachas con Ferrer Bobet, uno de nuestros tintos de cabecera en esta zona, pero con Castell d´Encus intenta demostrar que con la climatología adecuada se pueden hacer cosas realmente interesantes en los Pirineos. Su Riesling Ekam es todo un descubrimiento.

Botella de Espectacle.

Espectacle

En Cataluña también se elaboran grandes tintos fuera del Priorat, y uno de los mejores ejemplos es Espectacle, un vino de la D.O. Montsant que nació con la añada 2004 y sobre el que pivota un proyecto que actualmente une a cinco grandes actores de la escena vitivinícola catalana: René Barbier, Isabelle Meyer, Christopher Cannan, Fernando Zamora y Marta Conde.

Cada uno de estos expertos aporta su conocimiento y experiencia en la elaboración de este vino que siempre está entre los mejor puntuados de nuestro país, como reflejan los 96 puntos Parker que recientemente le otorgó Luis Gutiérrez a su añada 2015. Un espectáculo líquido que en palabras del propio crítico madrileño muestra una personalidad abierta, expresiva y vistosa al mismo tiempo.

Para los más curiosos, el nombre de Espectacle procede de la espectacular y antiquísima viña centenaria de la que se obtienen las uvas de Garnacha para su elaboración. Un viñedo ubicado en la zona noroeste del Montsant y colgado en un risco que hace las delicias de quien tiene el privilegio de contemplarlo. Un lujo que es mayor si cabe con una copa de Espectacle en la mano.

Botella de Gramona III Lustros.

Gramona

Gramona es hoy en día una de las marcas de cava más prestigiosas del Penedès. Elabora un amplio abanico de vinos de primerísima calidad. Algunos de ellos han sido premiados por los mejores catadores nacionales e internacionales, pero es Gramona Gran Reserva III Lustros 2010 el que conquista siempre a los socios de Bodeboca, donde ya está valorado con 4,8 estrellas sobre 5.

Para Luis Gutiérrez, que le otorgó 93+ Parker en su última review de vinos catalanes, “es un cava con una gran complejidad, que mezcla los aromas balsámicos con un toque de gasolina y alcanfor, hinojo y anís. Las burbujas crean una textura cremosa, manteniendo la acidez y frescura”. Es, por tanto, un must para todos aquellos que busquen aromas más desarrollados en un cava.

Este es tan solo un ejemplo de lo que Gramona es capaz de hacer en cavas. Una capacidad de fascinar a los amantes de las burbujas que se traslada a la posibilidad incluso de vender cavas a la avanzada. Esto significa que los clientes reservan sus botellas con antelación antes de que cavas como este Gran Reserva III Lustros salga al mercado. Un hecho sin precedentes en el mundo del cava, que otorga al producto un valor añadido altísimo y una exclusividad solo apta para los auténticos amantes de este tipo de vinos.

Botella de La Peluda.

Herència Altés

Gramona es hoy en día una de las marcas de cava más prestigiosas del Penedés. Elabora un amplio abanico de vinos de primerísima calidad. Algunos de ellos han sido premiados por los mejores catadores nacionales e internacionales, pero es Gramona Gran Reserva III Lustros 2010 el que conquista siempre a los socios de Bodeboca, donde ya está valorado con 4,8 estrellas sobre 5.

Para Luis Gutiérrez, que le otorgó 93+ Parker en su última review de vinos catalanes, “es un cava con una gran complejidad, que mezcla los aromas balsámicos con un toque de gasolina y alcanfor, hinojo y anís. Las burbujas crean una textura cremosa, manteniendo la acidez y frescura”. Es, por tanto, un must para todos aquellos que busquen aromas más desarrollados en un cava.
Este es tan solo un ejemplo de lo que Gramona es capaz de hacer en cavas. Una capacidad de fascinar a los amantes de las burbujas que se traslada a la posibilidad incluso de vender cavas a la avanzada. Esto significa que los clientes reservan sus botellas con antelación antes de que cavas como este Gran Reserva III Lustros salga al mercado. Un hecho sin precedentes en el mundo del cava, que otorga al producto un valor añadido altísimo y una exclusividad solo apta para los auténticos amantes de este tipo de vinos.

Botella de Mestres Mas Via Gran Reserva.

Mestres

Quizás no es una de las firmas de cava más conocidas para el gran público, pero Mestres representa el origen del vino espumoso en nuestro país, y por ello merece una mención en este especial de grandes proyectos catalanes. Su vinculación con el mundo del vino se remonta nada más y nada menos que al año 1312, con la fundación de la bodega por parte de los antepasados de los actuales rectores de la casa.

Durante 30 generaciones (ahí es nada), los Mestres han sabido conservar la tradición de los primeros espumosos elaborados por la familia, como el que en 1925 elaboró Josep Mestres Manobens, cuando la palabra cava ni siquiera se utilizaba para referirse a un tipo de vino espumoso elaborado siguiendo el método champenoise que llegaba entonces de Francia.

El propio Josep Mestres creó también el primer espumoso sin adición de azúcar después del degüelle, y años más tarde su hijo Antoni introdujo las barricas de madera durante la primera fermentación del vino base con el que posteriormente se obtendría el cava de la casa. Hitos que posteriormente han ido incorporando todos los grandes elaboradores de cava y que reflejan el carácter pionero de esta familia.

Botella de Les Manyes (99 Parker).

Terroir al Limit 

Terroir al Limit muestra la cara menos conocida del Priorat, cuestionando la comodidad en la que parece asentarse una buena parte de la zona. Se trata de un proyecto purista que propone una vuelta a los vinos de los años 70, un poco antes de la llegada de los revolucionarios que todos conocemos.

Para Terroir al Limit la autenticidad de este territorio no debería estar cubierta por el uso de variedades foráneas, ni por modernos métodos de vinificación que buscan la extracción, ni mucho menos por el uso de la barrica bordelesa.

El contexto mediterráneo es el leit motiv de esta pequeña bodega y los esfuerzos se centran en entregar vinos más vivos y ligeros, con la Cariñena de suelos pizarrosos como gran protagonista, pero también con una Garnacha en altura sobre suelos arcillosos.

Lo cierto es que a su creador, Dominik Huber, no le hace falta haber nacido en el Mediterráneo para expresar maravillosamente su esencia. Con la apertura de miras de alguien que ha viajado mucho, con la determinación de aprender, sin temor a equivocarse y rectificar, este vigneron autodidacta y amante de la gastronomía genera con sus vinos fascinación y respeto y no deja a nadie indiferente, incluyendo a la crítica.

Botella de Mas la Plana.

Torres

Uno de los nombres más reconocidos del sector vitivinícola catalán es Torres, una bodega que ya se encamina hacia su 150 aniversario pero cuyos orígenes se remontan a mucho antes, concretamente al siglo XVII. Y es que sus antepasados ya cultivaban por entonces viñedos en el Penedés y comerciaban a pequeña escala con los vinos de la comarca.

Actualmente Torres es una marca vinícola que se ha expandido no solo a otras denominaciones españolas (elaboran en Rioja, Ribera del Duero y Rueda), sino también a otros continentes, y es que el grupo dispone de bodegas en Estados Unidos o Chile, una expansión que justifica que su gran equipo esté formado por unas 1.300 personas.
La filosofía de Torres es la de defender la viticultura de sus ancestros, lo que supone priorizar la calidad de sus vinos frente a las grandes producciones. Además son firmes defensores de la agricultura ecológica. Si nos tuviéramos que quedar con uno solo de sus vinos lo haríamos con Mas la Plana, un tinto con más de 4 décadas de vida cuya leyenda nació en 1979 en París, cuando triunfó en una cata a ciegas frente a algunos de los vinos más famosos del mundo.