Chardonnay: una uva con ‘sex appeal’ internacional
Cultivada en multitud de climas y suelos, la variedad de uva Chardonnay refleja como pocas las condiciones de cultivo y técnicas de vinificación. Todo esto hace que el resultado final pueda variar muchísimo, lo que la hace muy atractiva internacionalmente. Hablamos también de una de las variedades que conforman la base del Champagne y tiene gran afinidad con la barrica.
Si pensamos en un clima frío del Viejo Mundo, viene a nuestra mente Chablis y Champagne. Allí la Chardonnay encuentra una acidez alta en vinos de cuerpo ligero que ofrecen notas de fruta blanca (manzana, pera), fruta cítrica (limón) e incluso de piedra mojada.
Explorando en el mapa lugares de clima templado, podemos hacer parada en el sur de Borgoña o dar un salto hasta la isla norte de Nueva Zelanda, e incluso hasta Walker Bay, en Sudáfrica. Allí encontraremos una Chardonnay que además de la fruta cítrica y de hueso (melocotón), también mostrará fruta tropical (mango).
En cambio, en los climas calurosos de Napa Valley o Australia, esta fruta tropical dominará la paleta aromática. Además, las temperaturas más elevadas son las responsables de que las notas de fruta más ácida y cítrica sean más tímidas.
Pero la versatilidad de la Chardonnay también tiene que ver con las distintas técnicas de vinificación. Por ejemplo, la fermentación maloláctica suaviza los ácidos duros (málicos) y los convierte en lácticos para ofrecer aromas que recuerdan a la mantequilla, la crema y la nata.
En otros caso, el contacto con las lías (células de levaduras muertas) será la responsable de que encontremos sabores que recordarán al pan y a la levadura, y le aportarán una textura cremosa al vino. Igualmente, el envejecimiento en roble hará que el vino en ocasiones nos recuerde al pan tostado, a la vainilla y a frutos secos.Atrévete a descubrir nuevos vinos de Chardonnay. Desde los que se elaboran en Sudáfrica o Australia, pasando por Napa Valley, hasta llegar a la cuna de esta variedad: la Borgoña. ¡Buen viaje!