Siete enólogos a los que seguir la pista

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Son jóvenes pero sobradamente preparados. Su trabajo, muchas veces en la sombra, merece un reconocimiento. Seleccionamos a los enólogos que elaboran algunos de los vinos más interesantes que hemos presentado este año. Una cantera de apasionados del vino con una clara predilección por lo autóctono.

Los enólogos que presentamos en este especial, al margen de sus respectivas formaciones y experiencia, tienen don y tienen alma. No son enólogos consagrados ni figuras míticas, representan más bien la savia nueva de una generación de entusiastas.

Gente como María Alfonso, la ingeniera industrial enamorada de unas cepas centenarias en Toro y entregada a la recuperación de una tradición de crianza en ánforas de barro que sus antepasados emplearon. También elaborando bajo “la corriente de las tinajas” destacamos el trabajo de Verónica Ortega, la enóloga andaluza que apostó por el Bierzo, y el del valenciano Javier Revert, en las Terres dels Alforins.

Almudena Alberca, a punto de alcanzar la titulación Master of Wine, apuesta por marcar el terruño en una gran denominación como es Rueda y Ribera del Duero, igual que Bryan MacRobert, uno de los enólogos que, pese a haber nacido en la lejana Sudáfrica, está llamado a ser el futuro de la denominación vinícola más prestigiosa de nuestro país con su proyecto Laventura. En el otro extremo del país, en Ronda, Ana de Castro recupera variedades autóctonas andaluzas tan singulares como la Melonera en un entorno lleno de potencial vinícola como es la Serranía de Ronda.

Experimental también es el trabajo del gallego Xurxo Alba. Lleva tiempo investigando con los tintos de Rías Baixas y realmente está entregando algunos de los mejores tintos atlánticos que hemos probado.

No son todos los que están. De hecho, somos conscientes de que nos dejamos a muchas otras figuras. Sin embargo, creemos que esta pequeña selección representa bien el estilo de los vinos que triunfan actualmente. Os recomendamos tomar buena nota de sus nombres, sus proyectos presentes y los que preparan para el próximo año, que seguramente seguirán dando que hablar.

María Alfonso 

De no ser enóloga, le hubiera gustado ser surfista en las playas de Vigo, donde estudió ingeniería industrial. Pero realmente, María ya está viviendo la vida que le gusta, la de una enóloga en su pueblo natal. Allí fraguó su sueño hoy hecho realidad, el de elaborar vinos lo más naturales posibles, en armonía con la naturaleza.

La apuesta de María es la ecología y la biodiversidad. Al finalizar la universidad viajó por el mundo para después regresar convencida de que tenía que elaborar vino en su pueblo zamorano de Sanzoles del vino. Se propuso tomar el testigo del trabajo de toda una vida de su padre en la bodega Finca Volvoreta. Ese solo fue el punto de partida, porque enseguida empezó a elaborar su vino más esperado: L’Amphore, criado en ánforas de barro durante 10 años.

Lo presentamos en el mes de junio de 2017 en nuestro Club Vignerons y pronto se convirtió en Vino Revelación tras la buena acogida de nuestros socios. Es el vino más mimado de su portfolio, compuesto de otros vinos de Tinta de Toro elaborados bajo la misma filosofía de respeto a la naturaleza.

Pero en los vinos no terminan las inquietudes de María. Su motor es buscar la salud en un sentido amplio, tanto en la nutrición como en el estilo de vida de pueblo. Entre sus próximos proyectos se encuentra el de hacer mermeladas y mostos basados en compuestos fenólicos como el resveratrol, conocido por sus propiedades antioxidantes y cardiosaludables.

Verónica Ortega

Se formó en química y enología, trabajó con los grandes Daphne Glorian y Álvaro Palacios y en lugares como Romanée Conti y Domaine Laurent Combier. Finalmente fue el Bierzo el lugar que la gaditana Verónica Ortega eligió para dar rienda suelta a su creatividad enológica y llevar a la práctica todo lo aprendido, con el fin de extraer lo mejor que la naturaleza podía darle.

La diversidad de terruños fue el principal aliciente que encontró esta alma andaluza para instalarse en el Bierzo. Su buen hacer y el sabio consejo de otros grandes enólogos como Raúl Pérez han hecho que Verónica Ortega se encuentre hoy entre los primeros puestos de la nueva generación de elaboradores que están renovando la comarca con una interpretación elegante de la Mencía, capaz de conquistar a paladares dispares.

Generosa para el elaborador, de escasa carga tánica y contenido grado alcohólico”, así define Verónica Ortega a esta uva y así lo demostró en Quite, su tinto berciano de viticultura ecológica que presentamos en junio en nuestro Club Vignerons. La mitad de este vino se cría en tinas de roble y la otra mitad en tinajas de barro con forma de huevo, lo que le permite conseguir un envejecimiento más desnudo y dar protagonismo a la variedad y al suelo.

Javier Revert

A Javier Revert lo conocimos cuando presentábamos a inicios de 2017 el proyecto Celler del Roure de Pablo Calatayud. Javier es enólogo y forma parte del equipo técnico de esta bodega valenciana desde 2009. Celler del Roure se ubica en las Terres dels Alforins, una zona con increíbles posibilidades. Se trata de un triángulo entre Moixent, la Font de la Figuera y Fontanars dels Alforins, que algunos críticos han catalogado como “la toscana valenciana” por sus paisajes pero también por ser una incubadora de proyectos interesantísimos.

Precisamente Javier viene de una familia de viticultores de La Font de la Figuera y no es de extrañar que en algún momento pusiera en marcha su proyecto personal. Todo empezó a principios de 2014 cuando una viña plantada por su bisabuelo, Vicent Albero, se cruza en su camino. Buscaba viñas viejas de variedades blancas y su abuelo les habló de esta parcela. Resultó paradigmática y a través de ella descubre una zona situada en la parte más occidental del término de la Font de la Figuera. Una zona agreste de vírgenes paisajes de suelos blancos, casi albarizas, en altitudes entre los 700 y los 800 metros. Con su ilusión de elaborar vinos con identidad de zona, auguramos que dará muchas alegrías a los que amamos el vino en los años venideros.

Almudena Alberca

La salmantina Almudena Alberca estudió Ingeniería Agrícola y posteriormente enología en Palencia y después de una experiencia en Nueva Zelanda decidió volver a sus raíces. Nosotros la conocimos a raíz del proyecto Viñas del Cénit en Villanueva de Campeán, una bodega zamorana que nos sorprendía con sus tintos de una Tempranillo de viñedos prefiloxéricos. Posteriormente se encargaría de la dirección enológica de Dominio de Atauta, ubicada en la zona más agreste y menos conocida de la Ribera del Duero y de Atalayas de Golbán en Atauta. Proyectos exitosos con un denominador común: respeto absoluto por el terruño y por el carácter de unas viñas prefiloxéricas.

Desde el 2015 está al frente de la Dirección Técnica de Viña Mayor para sus bodegas en Ribera, Rueda y Toro. Resulta especialmente reseñable para nosotros lo que está logrando en este proyecto, especialmente con los blancos de Caserío de Dueñas y con El Secreto en Ribera del Duero. Almudena se encuentra además a falta de entregar el proyecto final de investigación, por lo que está a punto de alcanzar la titulación Master of Wine. Se convertirá así en la primera mujer hispana en conseguir este prestigioso título. Una enóloga apasionada, que deja marca por donde pasa y que seguirá aportando mucha diferenciación en los próximos años.

Bryan MacRobert

Rioja está llena de bodegas centenarias y proyectos con años de solera, pero también de jóvenes enólogos cargados de ilusión llamados a ser el futuro de la denominación. Uno de ellos llama la atención por su exótica procedencia, y es que nació a más de 10.000 kilómetros de España, concretamente en Ciudad del Cabo (Sudáfrica).

Se llama Byran y es uno de nuestros grandes descubrimientos de 2017 gracias a su proyecto Laventura Wines, una revelación en Rioja. A Bryan el vino le viene de familia, y es que se crió en una finca donde sus padres cultivaban (y siguen cultivando) sus propios viñedos. Pasó siete años viviendo a caballo entre España y Sudáfrica, aunque en 2013 se mudó definitivamente a Logroño con el fin de sacar el máximo potencial a la diversidad de la región.

Pertenece al grupo Rioja’n Roll, en el que también se encuentran algunos de nuestros elaboradores riojanos favoritos, y actualmente compagina su proyecto personal en España con la creación de vinos en su país natal. A nosotros nos ha conquistado especialmente su Laventura Malvasía, aunque no hay que perder de vista a su blanco elaborado con Viura ni a su tinto de Tempranillo y Garnacha, calificado por el crítico Luis Gutiérrez como “maduro, sabroso y accesible”.

Ana de Castro

Conocimos en persona a esta joven enóloga sevillana en septiembre de 2016, cuando visitamos La Melonera, la espectacular finca en la que tiene el privilegio de trabajar. Se trata de una zona ubicada en plena Serranía de Ronda, a 70 kilómetros del mar marbellí pero a 900 metros de altitud, nada que ver con lo que tenemos en la cabeza cuando pensamos en los viñedos del sur de España.

Precisamente por trabajar en este exigente entorno, lleno de contrastes, y por recuperar en él variedades históricas andaluzas como la Melonera, uva que da nombre a su proyecto, Ana es una de nuestras enólogas revelación.

Farmacéutica de formación, descubrió el vino probando la Albariño en sus viajes de niñez a Galicia. Posteriormente, realizó una vendimia en Bollullos Par del Condado (Huelva), donde terminó de enamorarse de él, y de ahí a Jerez, Ribera del Duero o el Valle de Casablanca, en Chile, donde también se formó.

En Finca la Melonera, donde trabaja desde hace 11 años, elabora vinos llenos de personalidad, como su Mankind Heritage Vines, con 95 puntos Peñín, o su Payoya Negra, un tinto que en sus propias palabras “descoloca”, ya que posee una frescura y una acidez que lo sitúa fuera de los cánones de los clásicos vinos andaluces.

Xurxo Alba

Dicen que los vinos son una prolongación del alma que los crea. Esto sucede con los vinos de Xurxo Alba, elaborador en Castrelo, una pequeña población del concello de Cambados, frente a la isla de la Toja.

Sus padres hacían vino, pero hasta que él no terminó sus estudios no empezaron a embotellar los vinos bajo su propia marca. Xurxo estudió viticultura y enología y trabajó como consultor. Desde 2006 es la cara visible de Albamar, una bodega familiar que empezó a estar en boca de todos desde que el periodista vinícola Eric Asimov recomendó uno de sus vinos en su reseña de albariños en The New York Times.

La razón puede encontrarse en su filosofía poco intervencionista en el viñedo y en sus elaboraciones. Su bodega parece más un garaje que una sofisticada instalación tecnológica. (loscoches.com) En ella consigue afinar unos vinos que cautivan por su personalidad marcada por la cercanía al mar.

Su última apuesta es la los tintos atlánticos de uvas autóctonas, que está siendo aclamada tanto por la crítica como por el público. Así Xurxo consolida su posición como uno de los elaboradores promesa en Galicia, en quien hace tiempo muchos tienen la mirada puesta. Estaremos muy pendientes de cuál será la próxima sorpresa que nos entregue.