El poder del clima en los vinos

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Muchos son los factores que intervienen en la viticultura, y entre los más importantes está el clima. Vinos procedentes de zonas con características climatológicas similares comparten un aire de familia aunque provengan de zonas geográficas muy distantes. De esta manera, conocer el tipo de clima del lugar de procedencia de un vino nos aporta un hilo conductor a la hora de saber lo que podemos esperar cuando descorchamos una botella. 

Las regiones vinícolas se ubican entre el paralelo 30 y el paralelo 50 tanto en el hemisferio norte como en el sur, y sus climas se clasifican, de forma general, en tres grandes tipologías: continental, mediterráneo y oceánico/atlántico. Dentro de cada uno de ellos también se dan microclimas, que son los factores más importantes para el desarrollo y crecimiento de los viñedos.

En este post daremos una pincelada a estos tres climas genéricos y hablaremos de algunos de los vinos que nacen influenciados por ellos, teniendo presente que en muchas ocasiones, los microclimas son los que desempeña un papel fundamental en la singularidad de cada uno.

En suma, el clima nos permite descubrir los vinos desde una perspectiva nueva y apreciar tanto similitudes como diferencias, haciendo que regiones situadas muy lejos tengan rasgos comunes entre si.

¿Estáis listos?

Clima Continental

Las regiones vinícolas en las que impera este tipo de clima se encuentran, en la mayoría de los casos, en lugares sin una masa de agua muy significativa. Son regiones con temperaturas cálidas durante la temporada de verano y muy frías en invierno, por lo que se producen cambios muy marcados a lo largo de la temporada de crecimiento de los viñedos. Nos encontramos con vinos que mantienen los aromas más sutiles de las uvas y una acidez alta, debido a las frescas temperaturas del otoño. Algunas regiones donde se puede apreciar este clima son Borgoña, Rioja, Piemonte o Mendoza

Clima Oceánico o Atlántico

Al contrario que en el clima continental, el oceánico se caracteriza por su proximidad a grandes masas de aguas como mares, océanos o lagos, que moderan sus temperaturas. Se podría decir que son el término medio entre los climas continentales y los climas mediterráneos, puesto que en la temporada de crecimiento, las vides no sufren cambios tan bruscos de temperatura, pero sin embargo son más propensas a sufrir enfermedades por la humedad excesiva (como el moho o el mildiú). Algunas regiones vinícolas en las que suele imperar este tipo de clima son Champagne y Rías Baixas. Los vinos se caracterizan aquí por tener una acidez media-alta y aromas florales, a fruta fresca y herbáceos

  • Una referencia que nace en este tipo de clima es Pazo Señorans 2021, elaborado a partir de las mejores uvas de Albariño. Un vino fresco y mineral.

Clima Mediterráneo

Las regiones en las que predomina el clima mediterráneo se caracterizan por una larga temporada de temperaturas moderadas a cálidas, con pocos cambios estacionales. Por lo general, los inviernos aquí no tienen temperaturas extremadamente frías. Además, a lo largo de la temporada de cultivo hay pocas precipitaciones, puesto que la mayoría tienen lugar en invierno, lo que aumenta el riesgo de sequía necesitando las vides riego complementario. 

Las variedades que se cultivan en este tipo de clima tienen que aguantar el calor y no madurar en exceso. Los vinos nacido bajo este clima se caracterizan por presentar un amplio espectro aromático, con notas a fruta madura y herbácea, una acidez media-baja y, por lo general, una mayor graduación alcohólica que en los vinos de los otros dos climas.

Algunos ejemplos de regiones vinícolas donde impera el clima mediterráneo son Toscana o Priorat.

  • Lo mismo ocurre con Monte da Ravasqueira Encantado 2020, un vino portugués de clima mediterráneo con influencia atlántica que cuenta con exuberantes aromas y un paso largo en boca.