Entrevista a Xandra Falcó

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Licenciada en Marketing por ESIC y en Dirección y Administración de Empresas por la ESCP Europe Business School, Xandra Falcó escapa al estereotipo clásico de aristócrata. Le encanta vivir en el campo y no duda en mancharse las botas siempre que su trabajo lo requiere. Desde 2003 trabaja con su padre al frente de Pagos de Familia Marqués de Griñón y actualmente es la directora general de la empresa familiar, dando continuidad a la labor de don Carlos Falcó, uno de los grandes pioneros en el mundo del vino de calidad en España.

Xandra con una botella de Summa Varietalis en sus manos.

¿Cómo llegó a su vida la pasión por el vino? 

Empezó desde niña, íbamos cada fin de semana a Dominio de Valdepusa y disfrutábamos enormemente de él. Yo vi cómo mi padre plantó los primeros viñedos, y he escuchado a mi abuela Hilda inculcarnos primero el amor y el respeto al campo, luego a la viña y luego a variedades como la Cabernet sauvignon o la Petit verdot. El vino siempre ha estado presente en nuestras comidas familiares, en nuestras conversaciones, en nuestros paseos…

Viviendo en un mundo cada vez más urbanita, ¿cómo transmiten a las siguientes generaciones su amor por el entorno rural?

Somos una familia muy vinculada al campo desde hace generaciones. Los niños ven lo que te gusta a ti, por eso a mis hijas les encanta venir al campo los fines de semana. Participan en las vendimias, juegan al escondite en la sala de barricas… Para ellas el campo significa libertad. En una ciudad ya sabes que si eres niño tienes que salir siempre acompañado, y aquí cogen sus bicicletas y salen a correr. El gusanillo por el campo ya lo tienen metido, y creo que eso es muy sano.

¿Cómo fue el momento en el que su padre le propuso ponerse al frente de la empresa familiar?

Estoy en la empresa familiar desde el año 2003, aunque antes ya había colaborado con ellos en momentos puntuales, como en la campaña de Navidad. En torno al 2012 mi padre me dijo que pensaba que ya estaba preparada para asumir la dirección general y la verdad es que me hizo muchísima ilusión. Me lancé encantada. Me sentí además muy arropada tanto por él como por mi hermano mayor. Eso es lo bueno de las empresas familiares, que siempre te sientes muy arropada.

Xandra paseando junto a su padre, D. Carlos Falcó.

¿Siente mucha responsabilidad al ser la “heredera” de una marca vinícola tan respetada en nuestro país como Marqués de Griñón?

Es una responsabilidad y un peso sobre los hombros, porque es un proyecto que significa mucho para el mundo del vino en España, principalmente por el carácter pionero de mi padre. Continuar con su legado es como intentar llenar unos zapatos que te van grandes, aunque creo que no es necesario llenarlos, porque los dos somos diferentes y complementarios. Es curioso cómo el binomio padre-hija funciona muy bien en bodegas de talla mundial como Gaja, Antinori o Frescobaldi.

¿Cuáles han sido los consejos más valiosos que le ha transmitido su padre?

Valores como hacer las cosas bien cueste lo que cueste, sin buscar atajos. Eso es importante no solo en el vino, sino en la vida en general. (adderall) También me ha inculcado que además de hacer cosas hay que saber comunicarlas. Si haces grandes vinos pero no sales al mercado a contarlo y a explicarlo, no servirá de nada.

¿En qué se siente más cómoda? ¿en el mundo del vino o en el del aceite?

Me apasionan los dos, pero tengo una especial vinculación con el aceite, porque he participado en él desde sus inicios. Cuando me incorporé a la empresa, el proyecto vinícola de Marqués de Griñón tenía una larga trayectoria. En el del aceite he empezado desde cero. Me formé con Marco Mugelli como maestra de almazara (el equivalente al enólogo en el mundo del vino). Él es la persona que nos ayudó a poner en marcha nuestro proyecto de aceites, y junto a él he participado de lleno en el diseño de nuestra almazara. Fue un proyecto pionero a nivel mundial, la primera almazara con sistemas de extracción antioxidativos para conservar al máximo los aromas de la aceituna y su contenido en polifenoles, que son los antioxidantes, y nos ayudan a no envejecer. En los últimos años hemos continuado innovando y hemos cambiado enormemente los procesos.

Marqués de Griñón Cabernet Sauvignon.

¿Qué similitudes y diferencias tienen ambos mundos?

Bajo mi punto de vista, el vino es el producto agrícola más sofisticado que existe. Es un producto que nos sobrevive. El otro día estaba con mis hijas y probamos un vino más viejo que ellas, estaban impresionadas. Esas son las cosas que hacen del vino un producto mágico y especial, además de la diversidad de suelos, de paisajes y de variedades. El aceite está ahora mismo en ese cambio de dejar de ser un commodity para pasar a ser un producto más sofisticado, por eso tiene mucho que aprender del mundo del vino, aunque nunca tendrá tanta complejidad como él, ya que no tiene crianza. La ambición de bodegueros como nosotros es hacer un vino complejo y elegante que perdure muchos años, mientras que en el Aceite de Oliva Virgen Extra, el mejor es siempre el más nuevo, así que también existen diferencias entre ambos.

¿Qué cree que aportan ustedes, las mujeres, frente al prototipo masculino de bodeguero?

Aportamos como mínimo la visión de la mitad de los potenciales clientes, que son las mujeres. Más allá de eso, no necesariamente por ser mujer tienes que aportar algo mejor que un hombre. Es posible que nuestros gustos sean diferentes, o incluso nuestra capacidad olfativa, pero no necesariamente superior.

¿Cree que existen los vinos aristocráticos?

El mundo del vino es probablemente el que más marcas con títulos aristocráticos tiene, aunque de ellos muchos son inventados. No sé cómo calificar un vino aristocrático, quizás aquel que se define como noble y elegante, con historia… en cualquier caso es como lo de “vinos femeninos”, pueden existir vinos con unos atributos asociados más a las mujeres que a los hombres por sus aromas, como sucede en el mundo de los perfumes.

Marqués de Griñón Graciano.

A pesar de que su padre fue introductor en nuestro país de variedades foráneas como la Cabernet sauvignon, actualmente se está viviendo un repunte de las variedades autóctonas. ¿Cómo viven este proceso?

Es verdad que nosotros hemos sido los precursores de las variedades internacionales en España y nos hemos quedado con esa etiqueta, yo creo que para bien. En cualquier caso, también hemos plantado variedades autóctonas como la Graciano, que aún lleva muy poco tiempo en el mercado, pero es extraordinaria. También elaboramos con Tempranillo en Rioja y con Verdejo en Rueda. La verdad es que esta tendencia no nos preocupa. Actualmente exportamos el 70% de nuestra producción de Dominio de Valdepusa y las variedades internacionales tienen valor en todo el mundo, sólo hay que fijarse en los Supertoscanos para comprobar la importancia que han tenido las variedades francesas fuera de sus regiones de origen.

¿Siguen asesorados por Michel Rolland y Claude Bourguignon?

Siempre hemos tenido consultoría de expertos internacionales, y creo que es importante porque te dan una visión externa de lo que haces, pero al final tomamos nuestras propias decisiones. Julio Mourelle, nuestro enólogo, lleva más de 20 años con nosotros. En total son un equipo de tres enólogos que llevan el día a día de las decisiones en bodega. Mi padre sigue vigilando muy de cerca el manejo del viñedo, cada día se recorre a pie el viñedo de El Rincón y me llama a mí o a Julio para darnos sus comentarios. La decisión sobre la composición final de los vinos la tomamos conjuntamente los tres. Lo mismo sucede con los aceites de oliva. Hacemos catas periódicas a ciegas donde cada uno tomamos nuestras notas en silencio, seleccionamos los mejores depósitos y elegimos lo que finalmente embotellaremos bajo cada etiqueta. Hay siempre mucho debate, pero al final nos ponemos de acuerdo. Coincidimos plenamente en la filosofía de lo que debe reflejar cada vino y cada AOVE bajo la marca Marques de Griñón.

Botella de El Rincón.

¿Va a seguir en la línea pionera de su padre? ¿en qué terreno le gustaría innovar?

Innovar es fundamental para mantenerte vivo, aunque no sean cambios drásticos. Ahora mismo estamos haciendo un giro en el estilo de nuestros vinos utilizando barricas más grandes para que los vinos tengan un aporte de la madera más sutil y elegante. La evolución más inmediata va un poco en este sentido, por eso estamos utilizando barricas de 500 litros.

¿Cuáles son los próximos retos de Marqués de Griñón?

Estamos inmersos en un proyecto para Madrid. Aunque en la D.O. Vinos de Madrid ya estamos presentes con El Rincón, vamos a lanzar un nuevo vino basado en distintas Garnachas de Madrid. Hemos elaborado un vino más accesible y floral, tiene aromas a violetas, con el objetivo de entrar en el mercado de los vinos por copas para tapeo y ayudar a que el público madrileño apoye el consumo de vinos de calidad de la región.