Nadar a contracorriente tiene recompensa, por Diego Cabrera

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En una plaza difícil para la coctelería como es Madrid, Diego Cabrera ha sido uno de los valientes que ha abierto nuevos caminos. Nadando a contracorriente, regenta su coctelería en la calle Echegaray de Madrid, con el sugerente nombre de Salmón Gurú. Un lugar que ya se encuentra en la lista Fifty Best Bars, un ranking que eleva a la categoría de templo a los 50 mejores bares del mundo. 

“Dicen que siempre hay una primera vez, pero lo que pocos mencionan es que detrás de esa acción suele existir un loquito pionero. Alguien que se pregunta “qué pasaría si…” y se tira al vacío sin red. Y así, muchos de los mejores descubrimientos y creaciones nacieron del atrevimiento y de la audacia. 

Así pienso. Me nutro de libros, películas, de anécdotas de personas que noche tras noche se abren y me permiten entrar en sus vidas desde el bar. Todo eso me anima a ir más allá. Disfruto de recorrer distintos países y no dejo nunca de asombrarme por la valentía de muchas personas que desinteresadamente han ido dejándonos su legado. 

Basta observar un poco y ponerse a imaginar quien pensó en construir aquella magnífica torre, ese puente, este pequeño barquito de papel… Ir más allá. Personas cuyo propósito, que no era reconocimiento, sino el día de mañana poder inspirar. Superar los miedos, los obstáculos y las críticas y, en lugar de dejarse estar, ponerse en primera fila y generar un antes y un después en la vida de otras personas. 

Por instinto o curiosidad. Sin ser infalible. Hablo de prueba y error, porque no hay nadie mejor que el que erra, pero aprende de la caída y vuelve a intentarlo con más fuerza. Y así, como el salmón, nadar contra la corriente es lo que mejor se me da. Perseverar, perseguir un sueño, dejar huella.”