Desmontando los falsos mitos del vino

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El vino simboliza la celebración, el placer y la unión entre las personas. No es solo un alimento, es cultura y está tan arraigado a nuestros orígenes que ya tenía un papel fundamental en la mitología griega y romana. 

Con el paso de los siglos han emergido ciertas verdades absolutas del vino que deben ser desterradas. En este artículo, nos gustaría desmentir estos falsos mitos para que no te prives de disfrutar del elixir de Baco. 

El tinto no se puede meter en la nevera o en la cubitera

Parece un sacrilegio pero no lo es. De hecho, incluso algunos estilos mejoran después de pasar un breve período en la nevera. 

Los tintos que destacan por su carácter primario, es decir, donde predominan los aromas afrutados y florales, de cuerpo ligero y con taninos finos son ideales para tomarlos ligeramente frescos, especialmente en días cálidos. Algunos ejemplos son los beaujolais, los pinot noir, los atlánticos o un rioja o ribera de corta crianza.

Incluso tintos potentes y estructurados, como los de Burdeos o Toro, también se pueden, y deben, servir ligeramente frescos cuando el ambiente en el que se van a disfrutar es especialmente cálido. Al enfriarlo un poco antes de descorcharlo, llegará a una temperatura ideal cuando lo bebas y así podrás percibir todos sus matices aromáticos. Como regla general, nunca deberías tomar un vino que supere los 18 °C. 

Prueba que desmiente este falso mito: Trénel Fleurie 2020

Este beaujolais de Trénel resulta ideal a una temperatura de unos 12 °C. Fresco, alegre y perfumado, es una referencia ideal para descorchar en cualquier momento.

Todos los tintos mejoran con el tiempo

Esta es otra de las creencias falsas basada en los refranes y en la influencia de la literatura, del cine y de la televisión. De hecho, el porcentaje de los vinos, tintos y blancos que tienen la capacidad de evolucionar en botella durante décadas es muy pequeño. La gran mayoría de los tintos tienen una vida media de unos 5 a 7 años. Los blancos, por lo general, suelen tener aún una vida media menor, de entre 2 y 3 años.

Esto no quiere decir que las referencias creadas para ser disfrutadas jóvenes sean de una calidad inferior a las que tienen la capacidad de evolucionar en botella, en absoluto. La variedad, el terruño y las formas de vinificación y de crianza determinan tanto el carácter del vino como su capacidad de guarda.

Para que un tinto pueda evolucionar en botella durante muchos años necesita tener taninos firmes, una viva acidez, concentración y complejidad aromática y un nivel de alcohol medio-alto. Los barolos , los grandes reservas riojanos, los burdeos y los cabernet californianos son ejemplos claros de vinos destinados a evolucionar en botella durante décadas.

Prueba que desmiente este falso mito: Matilda Nieves 2020

Este jugoso, fresco y versátil tinto de la Ribeira Sacra ha sido creado para disfrutarlo joven y así poder gozar al máximo de sus aromas florales y afrutados. Con 97 puntos Decanter y una relación calidad-precio increíble, es un vino ideal para tener siempre en casa.

Los vinos con tapón de rosca son de menor calidad

Todos lo hemos hecho, casi de forma inconsciente. Vamos a comprar un buen vino y, al ver el tapón de rosca, lo descartamos directamente. Mientras que en otros países, especialmente del Nuevo Mundo, los tapones de este tipo están totalmente aceptados, en España este estigma está todavía muy presente.

Pero ¿es verdad que el corcho es la mejor forma de conservar el vino? Pues depende. Un corcho 100% natural es una gran opción. Pero en el mercado no todos los corchos son de buena calidad ni 100% naturales, muchos son aglomerados o sintéticos. Este tipo de “falsos corchos” pueden incluso ser perjudiciales para el vino.

Por su parte, los tapones de rosca hoy en día son muy eficaces. Además, evitan que sufras algunos disgustos bastante comunes, especialmente TCA, conocida como enfermedad del corcho, que da lugar a los desagradables aromas de cartón mojado y de moho. 

Otra de las grandes ventajas de este tipo de tapones es que facilitan mucho la tarea de abrir una botella, no siempre tan sencilla con un sacacorchos. Así se evita la ruptura del corcho, muy común en vinos de añadas antiguas.

La razón que durante tantos años ha dado tan mala fama a este tipo de cierre es porque se pensaba que todos los tapones de rosca eran totalmente herméticos y el vino que está destinado a evolucionar en botella necesita “respirar” con pequeñas dosis de oxígeno. No obstante, hoy en día han mejorado y se está demostrando que permiten una ligera y gradual oxigenación con resultados parecidos, e incluso mejores, que los del corcho.

¿Esto quiere decir que los tapones de rosca son mejores que los de corcho? Pues no. Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes. Además, debido a la conexión emocional y su eficiencia a la hora de cuidar de vinos de larga vida, muchas de las grandes casas siguen apostado de forma incondicional por el corcho. Eso sí, 100% natural, lo que supone un incremento en el precio de la botella.

Prueba que desmiente este falso mito: Pegasus Bay Pinot Noir 2019

Este tinto neozelandés es todo un icono de los pinot noir del Nuevo Mundo. Una maravilla de coleccionista. En Australia y Nueva Zelanda han adoptado el tapón de rosca desde hace años. Los consumidores no lo asocian a una peor calidad y las grandes casas apuestan por este tipo de cierre sin complejos. ¿No te lo crees? Prueba esta maravilla.

El tinto para la carne, el blanco para el pescado

Este clasicazo es uno de los más difíciles de eliminar de la mente de muchos amantes del vino. No obstante, gracias al trabajo de los sumilleres y al creciente interés por el mundo del maridaje, ya son muchos los que han descubierto las múltiples posibilidades de disfrutar un blanco con carne roja y un tinto con pescado

Para conseguir una conexión mágica simplemente tienes que conocer bien las características que definen a cada plato. En general los pescados de sabores intensos y grasos maridan de maravilla con los tintos frescos, ligeros y con taninos suaves. Algunos ejemplos son un pinot noir, un vino joven de Rioja o cualquier tinto atlántico

Por su parte, un plato de carne roja con grasa, como un costillar de cerdo, casa a la perfección con un blanco fresco y con una vibrante acidez como un riesling seco o un albariño cítrico y vertical. 

Prueba que desmiente este falso mito: Kühling-Gillot Nackenheim Riesling 2021

Este riesling de Rheinhessen es uno de mis favoritos de esta encantadora bodega. Mineral, cítrico, fresco y profundo. Gracias a su cortante acidez marida a la perfección con carne grasa, como un costillar de cerdo o una barbacoa de panceta. Limpia el paladar y su final mineral deja una sensación muy agradable que invita a seguir comiendo y bebiendo.

El precio determina la calidad del vino

Es innegable que los vinos únicos, singulares y de una calidad excepcional suelen conllevar precios elevados, y tiene todo el sentido del mundo. No obstante, esta es una verdad que hay que coger con pinzas, ya que el precio del vino no sólo está determinado por la calidad, sino también por la exclusividad de esa referencia, la demanda y el prestigio de la bodega.

Por lo tanto, se pueden descubrir vinos de altísima calidad a precios accesibles. Por eso, es tan importante explorar y aprender de vino para encontrar joyas increíbles sin hacer sufrir al bolsillo.

Prueba que desmiente este falso mito: Guímaro Finca Meixemán 2020

Elegante, fresco y muy expresivo. Esta joya de Guímaro tiene una relación calidad-precio realmente única. Ha enamorado a la crítica y conquistará el corazón de los amantes de los tintos atlánticos. Un auténtico vino de terruño que demuestra que no hay que dejarse los ahorros para tener en tus manos una pieza de coleccionista.

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Salmantina trotamundos con el corazón entre España y Canadá. En 2010 me licencié en Comunicación Audiovisual y posteriormente cursé un Máster de Guion donde aprendí los entresijos de lo que más me gusta, escribir historias. Después de trabajar en varios medios de prensa y televisión, en 2014 me fui a vivir a Toronto por amor y allí sentí el otro gran flechazo de mi vida: el mundo del vino. Cuando volví en 2019 a España trabajé de sumiller hasta que en 2021 tuve la oportunidad de entrar en Bodeboca, donde por fin uní mis dos grandes pasiones: redactar historias y vivir el vino en primera persona. Además, me encanta el cine clásico, la gastronomía y viajar.