Portugal de norte a sur

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Es uno de nuestros destinos favoritos para viajar, no solo por su cercanía geográfica sino porque a pesar de las similitudes también es diferente. Portugal es un país de esos que merece la pena descubrir en profundidad, así que, aunque no podemos llevarte hasta allí, haremos un recorrido a lo largo de sus 1.214 kilómetros, de norte a sur, a través de algunas de sus principales regiones vinícolas.

Vinho Verde

Aunque hace muchos años que vivo en España, nací en Portugal, en el seno de una familia cien por cien portuguesa, por lo que nada me hace más ilusión que poder transportaros a mis tierras mediante estas líneas. Comenzamos nuestro viaje justo al otro lado de la frontera donde me crié. El río Miño, eterno guardián y puente entre dos mundos, marca el inicio de una región que cuenta cada vez con más aficionados.

Aunque para los portugueses el Vinho Verde no es ningún descubrimiento, es una denominación cada vez más respaldada internacionalmente. Suelen ser vinos de aguja, con un frescor absoluto, muy atlánticos y minerales, y con un grado alcohólico más bajo de lo normal.

Vista de los viñedos de Quinta da Covela

Una curiosidad es que esta zona se denomina con este interesante nombre porque las uvas se recogen en un estado de maduración muy temprana. Con ellas se producen mayormente vinos blancos, elaborados con Alvarinho, Loureiro, Arinto o Avesso, entre otras, por los miles de pequeños productores que hacen de esta región un encanto.

Douro

Es sin duda una de las más conocidas y de las que más historia tienen que contar, pues aquí se produce vino desde los tiempos del Imperio Romano. Un enclave maravilloso que rodea el Duero hasta desembocar en la Foz de Oporto. Un sinuoso recorrido por el que los rabelos, los barcos que transportaban el vinho do Porto a través de este río, han movido fielmente su mercancía desde el siglo XVII.

Un paisaje de escarpadas colinas repletas de terrazas en las que crecen viñas con decenas de variedades entremezcladas. Son típicos los vinos elaborados con multitud de uvas diferentes, pero sobre todo los creados a partir de las tintas Touriga nacional, Tinta roriz, Tinto cão o Tinta barroca; o de las blancas Viosinho, Gouveio o Rabigato.

Viñedos de la bodega Sandeman plantados en terrazas en las colinas de Douro

Miles de productores elaboran vino aquí desde hace generaciones, ofreciendo resultados con una complejidad extraordinaria y muy apreciados dentro y fuera de las fronteras portuguesas. Joyas que dan al mundo una pequeña parte del país y que sin duda enamoran a quien las prueba.

Dão

A los pies de la Sierra de la Estrella, la zona montañosa más elevada de Portugal, crecen las viejas vides que dan lugar a vinos sorprendentemente cautivadores, altamente gastronómicos y complejos elaborados a partir de Jaen, Encruzado o Alfrocheiro entre otras variedades.

Un terruño en el que los suelos graníticos, el clima singular de la zona, y las uvas locales tienden a ser los grandes protagonistas. La filosofía de unos vinos en los que la escuela de la mínima intervención parece haber calado hondo, ofreciendo resultados fantásticos.

Viñedos de Antonio Madeira, a los pies de la Serra da Estrela

Esta “Borgoña portuguesa”, como la llaman algunos, es una de las regiones vinícolas más antiguas del país, y ha sufrido algún daño reputacional en el pasado. Poco a poco, gracias al esfuerzo de sus viticultores por hacer de Dão una región esplendorosa, esto ha ido cambiando, y hoy es una de las más apreciadas dentro de la nación.

Bairrada

Entre el Atlántico y las colinas de granito de Dão, se encuentra esta región que, además de ser ampliamente conocida por sus vinos, también lo es por su cochinillo. Sin duda le tengo un aprecio especial, pues es la zona a la que pertenece la ciudad universitaria de Coimbra, en la que nací.

Las vides de la bodega Kompassus

Aquí, la Baga y sus tintos densos de elevados taninos y potencial de guarda son los protagonistas, pero también es tierra de burbujas, y sobre todo, de espumosos rosados. Son vinos muy gastronómicos, ya que están pensados para acompañar platos propios de la cocina portuguesa como el citado cochinillo.

Los viñedos crecen en suelos arcillosos, en su mayoría muy ricos en cal, y a escasos kilómetros del océano, de manera que sus vinos cuentan con unas propiedades organolépticas de lo más extraordinarias.

Alentejo

Llegamos al sur, una región extensa entre Lisboa y el popular Algarve. Una meseta con un clima continental bastante extremo donde sobre todo, y además de vino, se obtiene corcho.  Recuerda al clima que tenemos en las castillas o en Extremadura, donde el sol reina casi todo el año y hay una pluviosidad muy baja.

Los vinos de Alentejo tienden a ser voluptuosos y estructurados, con mucho cuerpo y potencia, y se elaboran normalmente a partir de variedades propias de la zona como Antão Vaz, Fernão Pires, Alfrocheiro o Arinto, aunque han “adoptado” muchas otras, aquellas que han sido capaces de adaptarse a las condiciones hostiles de la zona.

Un día de calor en los viñedos de Herdade Grande, al atardecer

Este es el fin de nuestro viaje, y, aunque a cada región probablemente se le puedan dedicar miles de palabras, estas son unas breves pinceladas sobre un lienzo muy variopinto de condiciones climáticas, suelos y variedades de uva. Sin duda habría muchas más que destacar, como por ejemplo las islas de Azores y Madeira, situadas en medio del océano Atlántico y que dan lugar a vinos volcánicos de otro planeta.

Portugal puede ser un país de pequeñas dimensiones pero es inmenso en contrastes, como se puede apreciar en este recorrido. Desde los frescos y ácidos blancos de Vinho Verde a los profundos tintos del Alentejo. Uno de esos destinos que merece la pena recorrer, aunque sea en una copa. Saúde!