Moscatel: La familia lo primero

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La Moscatel es la reina del vino dulce, una dama dorada que conquista por su increíble perfil aromático y la aliada perfecta para los postres y sobremesas que en estas fechas tan señaladas presidirán las mejores mesas. Pero es también enigmática, con una infinidad de facetas y personalidades diferentes. Hoy te invito a adentrarte en el mundo de esta uva camaleónica y conocer todos sus misterios.

Su origen es algo incierto, pero lo que está claro es que la Moscatel es una de las Vitis viníferas más antiguas. Se dice que los antiguos egipcios tenían predilección por sus aromas perfumados de azahar, rosa y uva. Más tarde, su encanto se extendió por el Mediterráneo, llenando las copas de persas y fenicios y, con el tiempo, griegos y romanos se unieron a su lista de adoradores. De hecho, fue con la expansión del Imperio Romano que la Moscatel llegó a todo el continente europeo.

Mientras esto sucedía, la propia uva iba cambiando y adaptándose, dando lugar a una familia muy numerosa, con más de 200 variedades integrantes. Si debemos destacar algunas, las estrellas indiscutibles de esta familia son la Moscatel de grano menudo (también conocida como Muscat blanc à petits grains) y la Moscatel de Alejandría. Suelen brillar con su característico color dorado, aunque también hay algunas en esta familia que van a contracorriente, como la Moscato rosa del Trentino o la Moscatel de Hamburgo, también llamada Moscatel negro. 

Así pues, la familia Moscatel fue recorriendo el mundo y expandiendo sus raíces en climas más cálidos y calurosos, a pesar de que siempre se ve beneficiada cuando recibe algo de frío.

Vendimiando en Williams & Humbert

Vino dulce

Bien, si hablamos de Moscatel, tenemos que hablar de vino dulce sí o sí, ya que es la favorita para su elaboración gracias a su gran intensidad aromática. 

La mayoría de los moscateles dulces se obtienen mediante el encabezado, es decir, la adición de alcohol vínico interrumpiendo así la fermentación. En esta categoría los podemos encontrar con un estilo joven o evolucionado, es decir, con o sin envejecimiento

Los primeros tienden a presentar una tonalidad dorada acompañada de una nariz floral muy poderosa. Se elaboran con Moscatel de grano menudo o de Alejandría, realizando la vendimia en su momento óptimo de maduración, y se permite el contacto con los hollejos para aumentar su potencia en la fase olfativa y su riqueza. Para preservar su pureza varietal, estos vinos fermentan a baja temperatura y posteriormente se encabezan.

Por su parte, los evolucionados, o envejecidos, cautivan nuestra mirada con su color ambarino y caoba. El momento de la vendimia dependerá del dulzor deseado para el vino en cuestión, permaneciendo en la viña hasta alcanzar un buen grado de madurez o incluso una cierta pasificación. En este último escenario se lleva a cabo una vendimia tardía, o late harvest, que dará lugar a vinos muy dulces.

Son fermentados con sus pieles, descubados y prensados, y cuando el mosto alcanza entre 1 y 2% vol. se realiza el encabezado. Después se lleva a cabo una crianza oxidativa que puede llegar a durar varias décadas. Todo este proceso dota a estos vinos de más concentración y complejidad aromática. Son perfectos para disfrutar de un aperitivo, como una tabla de foie con quesos maduros, aunque también como vinos de postre, acompañando tartas de fruta, bizcochos y hojaldres. 

Podemos encontrar vinos encabezados en la mayoría de países productores, así que los moscateles no son ninguna excepción. En España se elaboran en lugares como Jerez, Málaga o Alicante; y en el vecino Portugal se obtiene el delicioso moscatel de Setúbal. En Francia nos deleitamos con los vin doux naturels del Ródano Sur, como el muscat de Beaumes-de-Venise, al igual que con las maravillas de la Muscat ottonel entre las colinas de Alsacia. 

Pero la Moscatel no se quedó solo por aquí, ha traspasado fronteras y cruzado océanos rumbo al Nuevo Mundo. En lugares como Sudáfrica encontramos la Hanepoot (Moscatel de Alejandría) y la Muscat frontignan (Moscatel de grano menudo), con la que se elabora el famoso vino de postre de Constantia; y en Australia la Brown muscat (también otra forma de denominar a la Moscatel de grano menudo) además de la Ottonel. Es de aquí, sobre todo en Rutherglen, de donde provienen algunos de los moscateles envejecidos más conocidos.

Racimo de Moscatel de Alejandría

Espumosos

Ya en Italia, la Moscatel adoptó una forma diferente, deliciosa y muy chispeante. El moscato D’Asti es un espumoso dulce de baja graduación (alrededor de 7% vol.) también conocido como frizzante, que se elabora en la región de Piemonte. Como los dulces, eleva cualquier postre, sobre todo con tartas de chocolate y frutos del bosque, pero donde realmente se excede es en los aperitivos, combinando de maravilla con una tabla de embutidos o de quesos fuertes, como el queso azul. 

Para su elaboración la elegida es la Moscato bianco (grano menudo) que se somete a un proceso que se ha ganado un nombre propio, el método Asti, que toma prestado el de la región piamontesa en la que se originó y que se caracteriza por el hecho de que se realiza una sola fermentación. Tiende a ofrecer aromas afrutados de melocotón y  matices florales, y deben ser consumidos jóvenes, ya que no benefician de envejecimiento en botella. Son ideales para un brindis invernal o navideño.

Moscateles secos

Volviendo a España, en las zonas de Málaga y Valencia también podemos encontrar moscateles secos. Su frescor, perfil afrutado y suavidad es de lo más bienvenido en los meses de verano, además de que tienen una graduación alcohólica moderada, alrededor de los 12% vol. 

Son blancos de tardeo y de chateo, muy fragantes y fáciles de beber, con una reminiscencia dulce que nos deja entrever la esencia de la Moscatel y su increíble familia. Una familia que, ahora, formará parte de la tuya.