Gin-tonic: la medicina que se convirtió en cóctel

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Como todo el mundo sabe, la base del gin-tonic no es otra que la ginebra y la tónica, dos bebidas que fueron creadas curiosamente como remedio curativo. Una historia que mezcla leyenda y realidad, haciendo difícil conocer con exactitud cuándo nació exactamente este cóctel

En la Holanda del siglo XVII, la ginebra holandesa (el jenever) era una especie de “poción” a base de bayas de enebro y otras plantas medicinales que protegía de enfermar. 

Por otro lado, los colonos españoles en América durante esa misma época descubrieron que la corteza de la quina producía quinina, un compuesto amargo que era utilizado por los nativos para curar la fiebre. Años después se descubrió también su eficacia contra la malaria. Este remedio se extendió como la pólvora por el mundo, pero no fue hasta que Jacob Schweppe transformó este amargo compuesto en algo mucho más fácil de beber (diluyéndolo con agua carbonatada y azúcar), cuando se inventó lo que hoy conocemos como tónica, una bebida que empleaban los soldados ingleses durante la colonización de la India como medicina contra la malaria. 

Se dice que para quitar el amargor de esta bebida se mezcló con el destilado favorito de los soldados ingleses: la ginebra,  y ¡voilà!,  así nació el primer gin-tonic.

Nuestra receta

Ingredientes:

Elaboración

1: Enfriar la copa con un poco de hielo con la ayuda de una cuchara y verter unos 7 cubitos. Es muy importante que estén bien helados y no se derritan al primer sorbo.

2: Le damos el toque cítrico cortando una rodaja de pomelo.

3: Vertemos 5 centilitros de Gin Monkey47. Es importante servirla desde una cierta altura para que se abran los aromas de esta compleja ginebra de la Selva Negra a base de 47 botánicos. 

4: Añadimos la tónica en la copa con la ayuda de una cucharilla trenzada y a modo de tobogán, para no romper las burbujas.

5: ¡Disfrutar!