En la historia del vino solo hay un puñado de regiones que han marcado el camino para el resto del mundo. Borgoña es una de ellas sin ninguna duda. [break]
Origen de vignerons y bodegas de culto, parcelas legendarias y una pasión absoluta por dos variedades: la Pinot noir y la Chardonnay. Uvas que se cultivan en infinidad de sitios, pero que aquí encuentran su mayor nivel de expresión. Vive de primera mano las razones de esta tierra mítica.
Hemos creado una colección con más de 250 referencias para que puedas conocer las diferentes zonas y perfiles, ya que sería complicado hablar de un estilo o perfil hegemónico de la zona. Tengamos en cuenta que hay una gran diversidad de suelos, climas y, sobre todo, clasificaciones de viñedos.
Al igual que Burdeos, pionera en este sentido, también cuentan con una precisa pirámide que clasifica la calidad de cada parcela. En la base tendríamos a los regionales y se escala hasta los village, premier cru y grand cru. La diferencia entre una y otra categoría puede ser de unos pocos metros, pero su conocimiento y sensibilidad es capaz de delimitar la calidad de cada hilo de viña.
Puligny-Montrachet, Meursault, Vosne-Romanée, Chablis... su hall of fame tiene más estrellas que la NBA. Quienes hemos tenido la suerte de catar alguno de estos monumentos podemos asegurar que cumplen siempre con todas las expectativas.
El problema con Borgoña es que el precio medio de cada botella ha subido considerablemente en los últimos años debido a la inflación y demás factores económicos, por lo que oportunidades como las que se presentan aquí y ahora hay que aprovecharlas. Así podremos seguir disfrutando de la finura y delicadeza de sus creaciones.
Por cierto, si colocas alguno de estos vinos sobre cualquier mesa navideña estarás haciendo el mayor regalo que se puede hacer a alguien que quieres: compartir un momento de felicidad.