Patricia Gil Luna, vignerona en Toro

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Sin Complejos es un vino pensado para ser disfrutado en todo momento, sin necesidad de acompañarlo de comida. Es el complemento perfecto para tu rato de disfrute”

¿Qué vinculación tiene tu familia con Toro?

Mi padre llegó en el 78 y en esa época prácticamente no había bodegas. Empezó como asesor técnico en la bodega más grande del pueblo, de hecho no existía la denominación de origen. Habían pocas bodegas pero muchas ganas y se mantuvieron reuniones periódicas hasta que en 1983 se creó la denominación de origen específica para Toro.

¿Cuál es la historia detrás de vuestro viñedo?

Cuando llega la concentración parcelaria, los agricultores importantes querían buenos terrenos para ciertos cultivos. Pero el terreno pobre, cascajoso, arenoso, en definitiva, el perfecto para la viña, no lo quería nadie. En nuestra viña solo hay canto y cascajo y por eso a la zona se la conoce como La Cascajera, es uno de los mejores terrenos de Toro. A día de hoy lo tenemos 11 hectáreas de viñedo certificado en ecológico, las cepas tienen 25 años y está prácticamente todo en espaldera, salvo el pico de una ladera que es todo en vaso.

De dónde viene la etiqueta del vino?

La persona que aparece en la foto aunque no se ve muy bien soy yo y la idea era intentar reivindicar que los vinos de Toro tienen una calidad muy buena y pueden ser también frutales y frescos. Hay gente que todavía tiene en su cabeza esa leyenda negra de que los vinos de Toro son fuertes y que se agarran en la cabeza. Pues todo lo contrario, es un vino que te acabas en la botella sin darte cuenta. Me puse las manos sobre los ojos para transmitir que tenéis que olvidar los conceptos que tengáis en vuestra cabeza, que probéis el vino sin ideas preconcebidas.

¿De quién has aprendido más?

Llevo prácticamente 20 años trabajando con mi padre. Creo que es una de las personas de las que más he podido aprender sobre la elaboración de vinos y ahora intentamos ir tomando nota de las cosas que nos gustan de diferentes zonas. Esto es como cualquier otra profesión, tienes que reciclarte, probar y conocer lo que funciona en otras zonas. Esto es algo que hacemos conjuntamente y nos encanta a los dos.

¿Porqué habéis apostado por lo ecológico?

Creo que es una de las formulas más fáciles y económicas de cultivar el viñedo. Volvimos a la agricultura que se hacía antes, usamos como medidas protectoras el cobre y el azufre, elementos que de manera natural están en el suelo y obtenemos cosechas que prácticamente sólo necesitan de luz , el agua que cae de arriba y poco más. Cuanto menos aditivos tenga un producto mejor te vas a encontrar.

De todo lo que has aprendido con tu padre ¿Qué destacarías?

La Tinta de Toro no es una variedad fácil a la hora de elaborar. Tiene más concentración de taninos que otras Tempranillos de otras zonas. La razón es bastante clara, tenemos muy poca lluvia y tenemos unas temperaturas muy cálidas en verano. La uva es más pequeña y el hollejo es más grueso, esos taninos hay que saber cómo manejarlos, tanto en vinos para corto consumo como en vinos para la guarda. Esto es algo que he aprendido de mi padre.