Orange wines: el cuarto color del vino

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Desde hace unos años viven cierto boom pero su elaboración enraíza con las tradiciones más ancestrales y una visión enológica apegada a lo natural. Los orange wines están de moda estableciendo el cuarto color del vino tras tinto, blanco y rosado. A continuación te contamos qué son, cómo se elaboran y otras curiosidades para que te animes a descubrirlos, si aún no lo has hecho.

Ni de naranja ni con naranja

Los orange wines, vinos naranjas o ámbar son aquellos elaborados a partir de uvas blancas y deben su nombre exclusivamente a ese color más o menos acentuado que exhiben. Se atribuye a David Harvey, representante de la distribuidora británica Raeburn Fine Wines, la acuñación del término en 2004, cuando trabajaba con una bodega siciliana de la región del Etna, pero lo cierto es que su elaboración se remonta a un buen puñado de siglos atrás.

Blancos cómodos en su propia piel

Y tanto, porque la clave está en su elaboración como si de un tinto se tratase. A diferencia de los blancos convencionales, en los que solo fermenta el mosto obtenido, en los orange wines, durante el proceso de vinificación, esta parte líquida se mantiene en contacto con las pieles u hollejos. Cabe recordar que es justo en esta parte de la uva donde se encuentran los pigmentos de color, fenoles y taninos, por lo que su impronta en el néctar final irá más allá del color, aportando complejidad, estructura y textura.

El vino que llegó del Cáucaso

Es en esta zona fronteriza entre Europa oriental y Asia occidental, delimitada entre los mares Negro y Caspio, donde los estudiosos sitúan la cuna de estos vinos. Concretamente consideran que su origen está en los qvevri o vinos de ánfora que, hasta el día de hoy y desde antes de Cristo, se elaboran principalmente en Georgia y Armenia. Qvevri es el nombre de las grandes tinajas de barro cocido, hechas a mano, que alojan el vino desde su fermentación hasta el embotellado. Las pieles y las semillas de las uvas se asientan en el fondo, mientras que el mosto fermentado sube hacia la superficie. Esta “barrera” ayuda a la conservación natural del vino y el contacto con ella propicia la citada complejidad de aromas y sabores, con notas muy características de manzana, frutos secos y pasificados, además de su ya comentado distintivo color ambarino.

Tinaja o qvevri georgiana. Foto: Panegyrics of Granovetter

Los qvevris se entierran para mantener una temperatura constante. Foto: Andrzej Wójtowicz

¿Exclusivamente naturales?

Precisamente su origen ancestral producto de un modo de elaboración, podemos decir más primitivo, hace que se relacionen a los orange wines con los vinos más puros y despojados de artificios enológicos. En países como Italia son prácticamente asimilados a la categoría de vini naturali (vinos naturales) pero no deben considerarse sinónimos. Aunque es cierto que generalmente para su obtención los elaboradores abogan por el mínimo intervencionismo, con fermentaciones espontáneas y sin adición de sulfitos más allá de producidos naturalmente, estas prácticas no son imprescindibles para elaborar vinos naranjas.

El continente importa

Como hemos visto, la tradición dicta que las tinajas de barro, arcilla o terracota son el contenedor ideal para forjar los orange wines. Al ser totalmente neutras no transmiten ni aromas ni sabores preservando la buscada pureza varietal y permitiendo la fiel expresión del terroir. Además favorecen una extracción más lenta y delicada y la microoxigenación del vino dando lugar a un perfil afrutado, directo y fresco. Pero los vinos naranjas actuales no nacen únicamente del barro. También son fermentados con sus hollejos en depósitos de acero u hormigón y en barricas o tinos generalmente usados.

Tinajas

Vino entrando en una tinaja

Como hemos visto, este tipo de vinos tienen su cuna en países como Georgia o Armenia pero también son apreciados y muy elaborados en Eslovenia, Croacia, Grecia, en la región italiana de Friuli y, aunque en su mayoría se etiquetan bajo el genérico Vin de France, cada vez cuentan con mayor predicamento en zonas de producción francesas. Entre ellas destacan Jura, pionera en los blancos macerados sobre pieles de uvas Savagnin muy maduras; Alsacia con su monovarietales de Gewürztraminer y el aire mediterráneo pero a la vez heterogéneo de Languedoc-Roussillon

En España destaca la tradición del vi brisat (vino brisado), especialmente en el Penedès y Terra Alta. Llamado así por las brisas, las partes sólidas de las uvas (pieles u hollejos, pepitas e incluso el raspón) con las que se fermenta el mosto para su obtención.

Compañeros ideales

Por su singularidad ya podemos deducir que los orange wines quizá no son vinos concebidos para todos los paladares. Su cierta rusticidad, la tanicidad a veces bien presente e incluso en ocasiones una marcada acidez volátil les convierten en terreno vinícola acotado para espíritus aventureros y exploradores. En cualquier caso, si hay algo que distingue también a esta categoría es su heterogeneidad, los hay más cercanos a los tintos, con más cuerpo, estructura, y taninos, pero también los que podrían casi considerarse blancos de un corte más clásico.

En el maridaje, pueden resultar la opción ideal cuando se duda entre blanco o tinto. Permiten acompañar pescados azules y grasos, carnes blancas, pastas con frutos del mar, ostras y platos de cocinas exóticas, desde la japonesa hasta la tailandesa, pasando por aquella que sea especiada y/o picante. 

Aquí te dejamos nuestras seis recomendaciones:

Orange Gold 2020

Coupage de variedades mediterráneas de Gérard Bertrand que rinde homenaje a la tradición georgiana. Con certificación ecológica, sorprende por sus aromas a flores blancas y frutas confitadas, su cuerpo y un final suave con un toque amargo.

La del Vivo 2020

El genio berciano Raúl Pérez está detrás de la elaboración de este vino, concebido a partir de Godello y Doña Blanca, ambas fermentados con sus hollejos en tinos de roble y tinajas de barro. Eléctrico, mineral y con un largo posgusto.

Bhilar Plots Blanco 2020

Rioja rompedor originario de viñedos cultivados en Elvillar de Viura y Garnacha blanca. Austero, vertical y mineral, la elaboración incluyó su fermentación con sus pieles en tanques de hormigón y una posterior crianza en roble francés.

Pur 2021

Vi brisat del Penedès elaborado con uvas de Malvasía de viñedos con certificación ecológica. Con peso en boca y una acidez refrescante, despliega en nariz una variada paleta aromática desde lichi a lúpulo pasando por rosa o hierbas mediterráneas como el romero.

Simčič Teodor Bianco Cru Selection 2015

Considerado como uno de los mejores blancos eslovenos, este blend de la autóctona Ribolla, Pinot grigio y Sauvignonasse sorprende a los atrevidos por su elegancia y riqueza, materializadas en un boca sabrosa y una perfumada nariz de flores secas, tostadas con mantequilla y vainilla. Ideal para acompañar carnes como pato o un risotto con trufa.

Forlong 80/20 2021

La peculiaridad guía la elaboración de este vino natural 100% Palomino fino. El mosto cumplimentó su fermentación en tinajas de barro a las que se le añadieron los hollejos de las uvas Pedro Ximénez recuperadas de la vinificación del PX de la casa. Denso, expresivo, profundo, fresco, con taninos acentuados y una agradable salinidad.

* Foto de cabecera: Elle Hughes en Unsplash