Maridajes dulces para enamorar

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Ya está Cupido a la vuelta de la esquina y para celebrar el día más romántico del año toca entregarse sin remordimientos a los placeres. Si tienes la suerte de compartir este día con otro goloso y amante del vino, estos maridajes con postres serán tu mejor declaración de amor.

Crème brûlée y tawny port 

Este clásico postre aparece documentado por primera vez en 1691 en el libro de François Massialot, uno de los cocineros más míticos de Versalles. Su relación con los paladares de la realeza es muy apropiada, ya que su sabor dejaría sin palabras hasta a la propia María Antonieta.

Elaborada a partir de una crema dulce, lo que realmente hace especial a esta exquisitez es su toque final: una fina capa de azúcar quemada que añade un crujiente irresistible y la convierte en una auténtica experiencia sensorial. 

Para acompañar esta receta atrévete con Cálem Tawny 10 Years Porto. Su crianza oxidativa regala aromas especiados, afrutados y de frutos secos y un final sutilmente ahumado que maximiza la expresión de esta delicia.

Tiramisú y cream sherry

Esta pócima italiana es ideal para encender una velada. De hecho, esta palabra proviene del dialecto del Véneto y significa “tira de mí hacia arriba”. La leyenda más conocida que explica este nombre asegura que era una receta infalible para los hombres en los burdeles y un remedio casero para levantar el ánimo.

La versión más tradicional de este postre se elabora con bizcochos de soletilla o savoiardi empapados en café, un relleno de mascarpone y, para terminar, polvo de cacao. Sus capas aromáticas, su cremosidad y su textura esponjosa forman un conjunto sencillamente sublime.

Si te gustan los vinos de Jerez, hemos encontrado la pareja perfecta para ti: Matusalem VORS, el prestigioso oloroso dulce de González Byass. Esta auténtica perla tiene una edad media de 30 años y se elabora con una solera que data de 1847. En cada gota se perciben los recuerdos de pasas y las aromáticas notas de café. Gracias a su carácter concentrado potencia el sabor del tiramisú

Trufas de chocolate y pinot noir

San Valentín es el día más feliz de los chocolateros. Ya desde el siglo XIX regalar bombones era una sutil forma de declararse. De hecho está asociación romántica tiene una explicación científica, ya que se ha demostrado que el cacao genera endorfinas que nos hacen sentir enamoradizos.

La teoría más conocida sobre el origen de las trufas se asocia al genio de la cocina Escoffier, conocido como “el rey de los chefs y el chef de los reyes”. En 1920, uno de sus aprendices derramó crema caliente en un bol de chocolate de altísima calidad. Cuando esta crema se endureció, el chef tuvo la idea de añadir cacao en polvo y darle una forma y aspecto muy similar al de las exquisitas trufas negras. ¡Voilá! Había nacido un nuevo manjar para conquistar a los más golosos. 

Si quieres sorprender con un maridaje sofisticado y elegante descorcha Adelsheim Willamette Pinot Noir. Este tinto de Oregón te hechizará con su delicadeza y sus cautivadores aromas. Su vibrante acidez equilibra el dulzor propio de las trufas y sus notas de frutas rojas, cacao y canela complementan a la perfección los sabores de estos bocaditos.

Tarta de queso y Riesling

Este cremoso placer es uno de los postres más adorados y, aunque fueron los americanos los  que popularizaron esta receta, hace 4.000 años los griegos ya habían descubierto este adictivo manjar.

Para deleitarte al máximo marida tu propia versión de cheesecake con Pegasus Bay Encore Noble Riesling. Esta joya tiene su origen en la región neozelandesa del valle de Waipara. Gracias a las excepcionales uvas afectadas por la botrytis, este vino regala inolvidables aromas de albaricoque, lima y mermelada. Además, su vibrante acidez equilibra el perfil potente de la tarta de queso. Una conexión mágica para conquistar el corazón de otro winelover

Fresas y champagne

Si te estás cuidando o no eres goloso, tenemos uno de los maridajes más románticos para ti: hay pocas cosas más seductoras que las fresas y, por suerte, estamos en plena temporada. 

Ya desde tiempos romanos esta suculenta fruta estaba asociada a Venus, la diosa del amor y la sexualidad. Este mito milenario nace gracias a su sabor, su sensual color rojo y sus pequeñas semillas que simbolizaban la fertilidad

Unas fresas frescas y un buen champagne forman una pareja infalible. El perfil dulce de esta fruta complementa la sensación efervescente y fresca que producen las burbujas en nuestro paladar. Te sugerimos que te deleites con Dom Caudron Fascinante Rosé, cuyas notas de frutillos rojos intensifican las virtudes de este afrodisíaco.