Los Alpes: viaje a la cima de Europa

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Son las cinco de la tarde. El sol empieza a esconderse tras las cumbres, después de encender tus mejillas durante largas horas de esquí. Queda una última bajada antes de desabrocharte las botas y dar paso al ritual más esperado: ducha caliente, après-ski y fondue. Pero los Alpes no son solo un destino para esquiadores. Quienes buscan senderos, naturaleza o la calma de los paisajes invernales también hallan un refugio incomparable. Estas montañas son más que cumbres blancas y panoramas de postal. En este imponente macizo europeo también hay lugar para experiencias líquidas y gastronómicas únicas.

Encontrarás vinos de altura, aguardientes artesanales, aguas minerales purísimas y una cocina que siempre encuentra su armonía con una copa al lado, desde los quesos hasta el chocolate. Y es precisamente en el vino donde nos detenemos. La viticultura alpina, forjada en climas extremos y suelos desafiantes, ha convertido la dificultad en una identidad propia, dando lugar a una diversidad de sabores que seduce tanto a amantes del vino como a viajeros en busca de experiencias auténticas.

Aquí comienza tu roadtrip alpino por Francia, Suiza, Austria e Italia: cuatro países unidos por las mismas montañas majestuosas, pero cada uno con su carácter, gastronomía y costumbres. Una ruta vinícola fascinante, perfecta para quienes buscan un viaje en el que la naturaleza y la mesa dialogan entre sí.

Queso y vino de Savoie frente a los Alpes, con las cumbres nevadas de los Hautes-Alpes al fondo

Por qué visitarlo

Los paisajes nevados transforman viñedos, pueblos y lagos en escenarios de cuento, y cada cumbre, glaciar o valle ofrece panorámicas que quitan el aliento. Las actividades son tan diversas como la geografía: esquí, snowboard, senderismo con raquetas, paseos en trineo o relax absoluto en circuitos de aguas termales y spas.

En estas montañas se esconden bodegas elevadas y cuevas subterráneas abiertas a los visitantes. Desde salas talladas en la roca hasta refugios acogedores junto a los viñedos, cada espacio invita a descubrir la viticultura heroica de la región y a disfrutar de experiencias que mezclan paisaje, tradición e identidad vinícola.

Tras vivir la magia de sus bodegas, el viaje continúa en las aldeas alpinas, con sus calles empedradas y arquitectura tradicional. Los mercados navideños, los teleféricos y las excursiones a glaciares convierten el invierno allí en un recuerdo inolvidable.

Viñedos de la región de Lavaux, Suiza

Qué ver

Chamonix es la meca del alpinismo, con el Mont Blanc como telón de fondo. Los teleféricos llevan a la Aiguille du Midi para sentir la grandeza alpina, mientras Annecy deslumbra con su lago turquesa y su casco medieval. Entre estas aldeas, los viñedos de Saboya se aferran a laderas imposibles.

La magia persiste en Suiza: valles verdes, lagos y montañas como el Matterhorn. Interlaken conecta con el Jungfraujoch y Saint Moritz atrae por su glamour. Más al norte, los viñedos en terrazas de Lavaux, Patrimonio de la Humanidad, regalan una de las rutas vinícolas más bellas de Europa.

En Austria, Innsbruck es la base ideal para visitar Hallstatt, Estiria y Tirol. Finalmente, en Italia, los Dolomitas, el Valle de Aosta y Cortina d’Ampezzo son imprescindibles.

Comer y beber

En Francia, nada reconforta más que una fondue savoyarde acompañada de vinos de Mondeuse o Roussette. En Megève, el estrella Michelin, La Table de l’Alpaga, invita a darse un capricho con un buen vin jaune del Jura

Continúa tu trip sibarita con la raclette de gruyère maridada con vinos de Chasselas o Petite arvine. En Zermatt, Chez Vrony combina tradición alpina y vistas al Matterhorn, mientras que el Château de Villa en Sierre permite catar vinos regionales junto a exquisitos quesos suizos. 

Destacadas recetas austriacas son el wiener schnitzel o el strudel de manzana, junto a vinos de Grüner veltliner o Zweigelt. Finalmente, en Italia, la cocina de montaña sorprende con canederli, polenta o speck, siempre acompañados con Gewürztraminer o Nebbiolo.

Viaja hasta allí con tu paladar

Esta casa es un auténtico
referente en el Jura, una de
las regiones vinícolas más
reconocidas por la comunidad
winelover de todo el mundo. En
este blanco muestran todo el
potencial de la variedad autóc
tona Savagnin. Cuenta con una
producción limitada y destaca
por su elegancia y un paso por
boca vibrante.

Vino elaborado con la
variedad local Amigne, que en
latín significa “amable”. Una
uva autóctona muy minoritaria
del cantón de Valais que se
cultiva principalmente en la
localidad de Vétroz, por lo que
se suele encontrar siempre en
las etiquetas como Amigne de
Vétroz.

Blanco complejo, jugoso,
mineral y de final largo,
elaborado por completo con
la variedad Grüner veltliner.
Los viñedos que dan origen
a este vino están situados
en el centro de la región de
Weinviertel, la zona vitivinícola
más importante y grande de
Austria.

La Gewürztraminer, además
de ser la variedad de uva más
representativa del Tirol del
Sur, es perfecta si lo que se
busca es frescura e intensidad
aromática. Este vino de Abbazia
di Novacella es un Alto Adige
Valle Isarco DOC potente, pleno
y persistente que sorprende por
su variado bouquet con notas
de flores, lichi y especias.

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Graduada en Ciencias de la Información por la universidad Complutense de Madrid y la Sorbona de París. De padre español y madre francesa, Laura abraza el arte, la literatura y la gastronomía de los dos países que dividen su corazón. En la actualidad, presenta especial interés por el mundo del vino y todo lo que le rodea, uniéndose así al gran equipo de Bodeboca.