Las mujeres piden paso en el mundo del vino

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Las mujeres piden paso en este sector. Se puede observar en las escuelas de enología, o en los cursos de sumillería: en algunas aulas ya hay más mujeres matriculadas que hombres. Once mujeres y ocho hombres consiguieron el título de Master of Wine en su última convocatoria, una institución que por cierto, preside una mujer, Sarah Jane Evans MW. (https://brownshvac.net/) Cada vez encontramos más enólogas dirigiendo bodegas, más mujeres sumilleres en restaurantes… ¿Está cambiando este sector tradicionalmente copado por los hombres?

En Bodeboca nos propusimos dar visibilidad a todas esas mujeres que están en este sector al frente de su propio proyecto. Nuestro comité de cata recibió muestras de una treintena de vigneronas, y los vinos de algunas de ellas os los iremos presentando en nuestra caja de suscripción mensual .

Además de grandes vinos, al lanzar esta convocatoria nos encontramos con buenas historias de mujeres emprendedoras. Como la de Silvia Tomé, que es la única enóloga con proyecto propio en la DO Cariñena, Quinta Mazuela. Después de trabajar en grandes bodegas españolas y francesas, muchas veces al mando de un buen número de hombres, resume que “ha conseguido ganarse un respeto en este mundo de hombres a base de trabajar duro”. O la de Magdalena Paramés, la tercera generación de mujeres al frente de la bodega pontevedresa Torgo, que resta importancia a este hecho. “Las circunstancias han hecho que durante tres generaciones hayan sido mujeres las que han tomado decisiones sobre Torgo. Pero yo diría que es Torgo, y su viñedo, el que nos aporta una forma determinada de pensar.

Bibi García, de la bodega malagueña Cortijo de los Aguilares, nos comenta al respecto: “No creo que el hecho de ser mujer aporte al vino algo diferente. Es más la visión singular de cada persona la que marca el estilo y el gusto a la hora de declinarse por unas elaboraciones u otras” – y aporta el ejemplo– “Tengo amigas que hacen vinos súper potentes y estructurados, y amigos que hacen vinos finísimos.

Algo parecido nos cuenta Rosalía Molina, enóloga de Altolandon: “Muchas veces quienes los cataban se han sorprendido de la potencia de mis vinos, siendo elaborados por una mujer, esperaban vinos mucho más ligeros.”

«No me gusta como podas tú» ha tenido que escuchar Charlotte Allen, una británica afincada en Zamora desde hace casi una década e impulsora de la bodega Almaroja. A pesar de su larga experiencia en el mundo del vino, muchos de los viticultores de su localidad de adopción, Fermoselle, no dejaban de decirle “cómo tenía que trabajar el viñedo”.

Las mujeres es uno los segmentos olvidados en los estudios sobre el consumo del vino hasta hace pocos años. Sin embargo, la perspectiva ha cambiado: “La población femenina es menos consumidora de vino, lo cual, es una oportunidad”, concluía un estudio del Observatorio Español del Mercado del Vino. En la presentación de este estudio denominado “ La mujer y el vino en España” se dio otro titular relevante: “la mujer será clave en la recuperación del consumo del vino”.

Más de medio millón de mujeres españolas consideran que el vino es su bebida favorita. Y curiosamente, es el vino tinto, también el preferido de ellas. El mencionado estudio destaca que las mujeres tienden a aproximarse al vino con menos prejuicios, son más atrevidas a la hora de probar vinos nuevos y realizan un consumo más moderado. También se destaca su papel de prescripción y de ser las principales responsables de las compras del hogar.

Esta tendencia coincide con los datos que arrojó el último estudio que elaboramos en Bodeboca sobre la compra online de vino: en los últimos dos años el porcentaje de mujeres que compran vino ha crecido 5 puntos, pasando del 14% (2013) al 19%(2015).

Frecuentemente dotadas de una mayor sensibilidad, a veces con mejor olfato o con una destreza especial para trabajar en una mesa de selección de racimos, las mujeres reivindican un lugar en este mundo históricamente masculino, tanto en los puestos básicos, como en los principales . En este último caso, el puesto “hay que ganárselo doblemente, como jefe y como mujer”- nos apunta Bibi García.