La sorprendente historia del champagne Roederer Cristal

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Sin duda alguna, Roederer Cristal se sitúa entre las etiquetas míticas de toda la región de Champagne. Es un champagne muy especial por diversos motivos, y por ello se ha descorchado en los lugares más excepcionales desde su creación: desde los palacios de la Rusia zarista a las elitistas fiestas privadas de multimillonarios. Aparece en numerosas películas, como en Four Rooms de Tarantino y se menciona en novelas, como la que Truman Capote dejó sin terminar.

Cristal fue creado por la Maison Roederer  por encargo para el zar Alejandro II, quien quería distinguir el champagne que consumía de otros más asequibles. Por ello la botella de este champagne es transparente y tiene una base completamente plana. Dos características que lo diferencian del resto y lo hacen inconfundible.

Las botellas de espumosos suelen tener la base cóncava por varias razones, sobre todo porque de esta forma la botella soporta mejor la presión que se genera cuando se realiza la segunda fermentación. También esa forma ayuda a ejecutar los volteos, casi siempre manuales, que se realizan durante la crianza de los espumosos. Servir una botella de espumoso, algo más pesada y con mayor diámetro que las de vino, es también más fácil introduciendo el dedo pulgar en la oquedad.

La leyenda cuenta que la verdadera razón de que exigiese una base plana era el temor del Zar a que alguno de sus enemigos utilizase el hueco para ocultar un explosivo. Realmente es una pena, pues por las intranquilidades del Zar, las botellas de tan cotizado champagne nunca han podido ser uno de los escondites más románticos… para un anillo de compromiso.