Juan Piñero, vigneron en Sanlúcar de Barrameda

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Juan Piñero compró su bodega en la mítica calle sanluqueña Trasbolsa para construir viviendas, sin saber que cambiaría de idea. Maruja convirtió su inversión en una fuente de alegrías.  Hay vinos que con el tiempo terminan por convertirse en un tesoro, testigo de las vidas de sus elaboradores. A Maruja hay que quererla por la feliz sorpresa que supone abrir una botella de ella y descubrir cómo despliega su carácter forjado durante casi una década.

¿Desde cuándo existe Maruja?

Maruja es una marca desde 1920, era de Terry. Nosotros la compramos a Domecq en 1992 y nos trajimos los vinos. Empezamos una época nueva de Maruja.

¿Qué hace especial a esta manzanilla?

Somos de las pocas bodegas que tenemos siete criaderas y una solera para elaborar una manzanilla. Cuanto mejor se mueva el vino en su tiempo, mejor estará la solera, que es lo que nosotros embotellamos. El ciclo del vino es este.

¿Por qué compraste esta bodega?

Quería hacer viviendas, pero cuando vi lo bonito que era, no me atreví, lo que hice fue comprar botas. Me volví loco.

¿Cuál es la diferencia entre un fino y una manzanilla?

Son pocas. El fino de Jerez y tiene más cuerpo. La manzanilla es el fino de los finos, muchísimo más suave, aquí el clima es más moderado. Es un vino más afinado, más salino… Cuesta trabajo explicarlo.

¿Qué tipo de vino es Maruja?

No es un vino de feria, sino de tiendas gourmet. Es un vino al que le tenemos mucho amor, es poesía. Cuando se tiene una pena grande, uno se viene uno aquí -a la bodega- y ya es otra cosa. El vino es el placer del tiempo. (veroinn.com) Esta no puede ser una manzanilla de segunda clase, reúne todo para triunfar.

¿Por qué las catedrales del jerez tienen esta arquitectura tan particular?

Hay siete metros desde la bota más alta hasta el techo para que haya oxigenación suficiente y corra el aire y luego los suelos están cubiertos de albero para regarlos en verano y que se mantenga el frescor durante la época más cálida del año. Están hechas para favorecer la crianza de nuestros vinos.