Flechazos en el VII Salón de Vinos Generosos, Dulces y Fortificados

|Categoría

Era difícil estar por Madrid el 30 de enero y no escaparse a la cita. La séptima edición del Salón de Vinos Generosos, Dulces y Fortificados prometía reunir a una veintena de productores no solo del Marco de Jerez y Montilla-Moriles, sino también de otras zonas como Ribeiro y Alicante. Quienes somos fans de estos vinos no podíamos pasarlo por alto y allí que fuimos. Estas son algunas de las joyas que estuvieron presentes y tuvimos la oportunidad de catar.

MIUT El Jabonero 2020

No era un encuentro de vinos tranquilos, pero algunos se colaron (para nuestro deleite). Cada vez son más las bodegas tradicionalmente elaboradoras de generosos y fortificados que se lanzan con nuevos proyectos como este. MIUT es la nueva serie de vinos de Toro Albalá, una de las más punteras en Montilla-Moriles. Responde a las siglas de Mimo, Identidad, Uva y Tierra. Toda una declaración de intenciones. Tres blancos de Pedro Ximénez procedentes de pequeñas parcelas, sin fortificar y criados sobre lías. Ediciones limitadísimas de vinos mimados con los que la bodega busca expresar la identidad de cada terruño.

Las 30 del Cuadrado 

Otra novedad interesante. En este caso, de Hidalgo la Gitana, en Sanlúcar de Barrameda, una de las bodegas más antiguas de España, que tampoco ha dudado en lanzarse con los vinos tranquilos. Lo hace por todo lo alto, con un Palomino sin fortificar al que les gusta denominar “blanco de albariza”. De nuevo, un vino de pago, procedente de una única parcela con viñas de 70 años en Balbaína Alta, uno de los viñedos con mayor influencia atlántica de Jerez Superior. El homenaje a aquella manera de hacer vino en la zona antes de la irrupción de los generosos.

Manzanilla la Gitana Aniversario

La frescura de esta manzanilla pasada es algo fuera de lo común. Nació en 2017 para conmemorar el 225 aniversario de la bodega. Para elaborarla se seleccionaron botas centenarias que contenían manzanilla de doce años. ¿Su origen? Los Pagos de Balbaína y Miraflores, ambos en Sanlúcar de Barrameda. Una vez hecha la selección, se mantuvo durante tres años más en botas, sin ser refrescada, y aún así, la flor permaneció viva. Sorprende y enamora su textura, afinada a lo largo de los años. Una manzanilla pasada de libro.

Fino en rama Carrascal 2017

La gran enóloga de Williams & Humbert, Paola Medina, fue la precursora en el Marco de Jerez de los finos de añada. Ahora, viene a darles una vuelta de tuerca en busca de la expresión de cada pago. En esta primera saca de 2022, con los finos de la añada 2017, saca a relucir las particularidades de los viñedos de Carrascal y Añina, el primero de ellos situado más al interior y el segundo más próximo al Océano Atlántico. Sin duda, dos joyas de la crianza biológica en manos de una de las mejores enólogas de España según Decanter.

Ás de Mirabrás Sumatorio

Una manzanilla con alma de blanco. Una rareza fruto de la experimentación con la crianza biológica estática en Barbadillo. Fresca y salina, con una presencia del velo de flor más sutil de lo habitual. Para llegar hasta ella se seleccionaron diez botas que contenían el vino blanco Ás de Mirabrás 2019, resultante de la fermentación por separado de viñas viejas de Miraflores, Añina, Macharnudo, Campix y Santa Lucía. Durante tres años reposaron en vasijas en la bodega de La Arboledilla. Un proyecto único e irrepetible que corrobora el espíritu innovador de la bodega.

Pedro Ximénez Tradición 

Beber Tradición es beber el paso del tiempo. Y en este PX es, además, beberse el sol. Con 22 años de vejez media, es el vino menos viejo de la bodega pero adquiere igualmente la categoría de VOS (Very Old Sherry). Tras un prolongado envejecimiento en el sistema de criaderas y soleras, se embotella deliberadamente “joven” para mantener su perfil frutal, limpio y preciso. Puro terciopelo en la boca, con una frescura y elegancia sobresalientes.

Fondillón 50 años

A veces se nos olvida que hay generosos más allá del Marco de Jerez y Montilla-Moriles. Alicante es un gran ejemplo de la importancia de saber esperar. El fondillón es, también, fruto de la paciencia. Monastrell sobremadurada procedente de viñedos de 100 años en el valle de Vinalopó y 50 años de crianza oxidativa (sin oxígeno ni velo de flor). Medio siglo de antigüedad embotellado por Bodegas Monóvar. Intensidad, elegancia y complejidad.

Ximénez-Spínola Tres Mil Botellas

Lo que hace Ximénez-Spínola con sus vinos de Pedro Ximénez en Jerez es lo más parecido al concepto de elegancia en un vino. Y esto tiene mucho mérito. Sobre todo cuando consiguen imprimir este sello en todos y cada uno de los vinos que elaboran y saben cómo mantenerlo en el tiempo. Este brandy es un ejemplo de ello. Un perfume que se bebe, envejecido durante trece años en barricas de roble americano y castaño, envinadas previamente con Pedro Ximénez. Un brandy que destila los sabores del vino para toda una vida.