Entrevista a Bryan MacRobert, de Laventura Wines

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Sus vinos apenas tienen un par de añadas en el mercado, pero Luis Gutiérrez, catador en España de The Wine Advocate ya le nombra (y puntúa) como una de las promesas de la denominación. Hablamos de Bryan MacRobert (Ciudad del Cabo, 1984), un sudafricano afincado en Logroño que está al frente de Laventura Wines, un proyecto asociado a Rioja’n Roll que trata de demostrar que en Rioja, al margen de las grandes marcas, también hay jóvenes vignerons haciendo cosas diferentes.

 

Bryan en una de sus parcelas en Rioja.

Deben existir pocos bodegueros en España con un origen tan exótico como el tuyo. Cuéntanos de dónde viene tu interés por el vino… 

Mis padres se han dedicado siempre a la agricultura y tienen 6 hectáreas de viñedo en la región de Swartland, al norte de Ciudad del Cabo, donde yo nací. Desde el año 2000 les ayudo con el viñedo. Allí en Sudáfrica cultivamos Chenin Blanc procedente de cepas con más de 40 años, y además cultivamos uvas tintas como la Syrah, la Grenache (Garnacha) o la Mourvedre (Monastrell).

¿Tus padres han sido entonces tu gran escuela en esto del vino?

No. Yo estudié Viticultura y Enología en la Universidad de Stellenbosch durante cuatro años. Posteriormente alterné prácticas en Sudáfrica con prácticas en El Priorat, donde hice cuatro vendimias con Terroir al Limit. Entre medias, en el año 2010, conocí a Clara, que actualmente es mi mujer (nota del redactor: se refiere a la enóloga riojana Clara Canals). En 2012 me vine a vivir a La Rioja y en 2013 comencé el proyecto Laventura Wines.

¿Y de dónde viene tu interés por España?

Siempre me han interesado Rioja y Priorat tanto por su ubicación como por sus suelos. Rioja concretamente creo que tiene mucha capacidad para producir vinos frescos y a la vez con suficiente madurez gracias a su situación en el mapa y su clima.

¿Qué vinos de Rioja habías probado antes de llegar aquí?

Había probado los clásicos, aquellos que después de 20 o 30 años en botella, los abres y dices “¡Wow, aquí hay algo especial!”. También algún blanco, así que tenía ganas de hacer algo aquí en ese sentido.

Después de 5 años viviendo en Logroño, ¿Se parece Rioja a lo que habías imaginado?

Todavía hay mucho por hacer. Yo estaba acostumbrado a hacer vinos en Sudáfrica, en pleno Nuevo Mundo, donde no existe tanta legislación, por lo que todo avanza mucho más rápido. Aquí es más difícil porque la normativa obliga a hacer las cosas de otra forma, siguiendo unas normas basadas en la tradición. Hay que tener paciencia para hacer las cosas como tú quieres.

 

Byran realizando bazuqueos en bodega.

Formas parte del proyecto Rioja’n Roll junto con Olivier Rivière, Exopto, Artuke, Sierra de Toloño, Alegre Valgañón y Barbarot. ¿Qué defendéis? 

Somos elaboradores jóvenes que nos gusta hacer vino a nuestro estilo. Además pensamos que la unión hace la fuerza. No vamos en contra ni de la D.O. ni de nadie, sólo queremos hacer ver a los aficionados que detrás de las grandes marcas de Rioja también hay un grupo de jóvenes vignerons que está haciendo las cosas de forma diferente, con total libertad dentro de la D.O.

¿Por qué llamaste a tu proyecto Laventura?

Irte a vivir a otro país y fundar un negocio allí es siempre una aventura. Ventura es tener suerte y aventurarse es correr un riesgo, y mi proyecto tiene esas dos vertientes. Además hay una frase de Covarrubias que dice “Quien no se aventura, no ha ventura”, que me gusta mucho.

¿Conocías a Covarrubias?

No (risas), eso es cosa de mi suegro…

Cuéntanos un poco tu forma de trabajar. 

Actualmente tengo una hectárea y media en propiedad, pero para completar mi producción todavía compro uvas a otros viticultores de confianza. Los vinos que van a probar los socios de BODEBOCA son una mezcla de uvas propias y ajenas, pero mi objetivo es hacerme con 4 hectáreas propias para autoabastecerme. Lo que sí tengo ya es bodega propia. Está situada a las afueras de Logroño y tiene capacidad para elaborar 30.000 kilos de uva. 

¿Haces algo especial en la elaboración de tus vinos?

No es una vinificación tradicional. Trabajo actualmente con control de temperatura y levaduras autóctonas. No me gusta corregir el mosto en bodega, solo corrijo los vinos en la viña. Además mi viñedo es totalmente ecológico, ya que creo que es la mejor forma de trabajar, aunque mis vinos todavía no tienen el certificado ecológico.

 

Byran catando uno de sus vinos.

Estás especializado en vino blanco y Rioja es una tierra de tintos, lo que demuestra que te gustan los retos.

Hacer un gran blanco en Rioja es todo un reto. Sin embargo creo que se puede conseguir, especialmente cuando trabajas con viñedos de más de 40 años y con variedades autóctonas, como a mi me gusta hacer con la Viura, la Malvasía o la Garnacha blanca.

Tus vinos todavía no son conocidos por el gran público, así que cuéntanos… ¿Cómo convencerías a nuestros socios de que probaran tus vinos?

Son riojas pensados desde la viña. A mi me gusta llamarlos vinos de agricultor. Los hago a mi manera, sin seguir a rajatabla la legislación especialmente en cuanto al tipo y al tiempo de crianza que marcan los vinos de la D.O. Yo utilizo diferentes tiempos y recipientes. Uso depósitos ovoides de hormigón, toneles de diferentes tamaños…

¿Cómo combinas tu trabajo en Laventura con tu bodega familiar en Sudáfrica?

Hace un par de semanas estuve vendimiando allí, pero este es el último año que lo voy a hacer. A partir del próximo quiero centrarme exclusivamente en mis vinos de Laventura.

Para terminar, cuéntanos cuál es tu vino preferido dentro y fuera de España…

De España elegiría un Viña Tondonia Reserva 2001, y de fuera un Barolo, por ejemplo el Giacomo Conterno Cascina Francia 2001, que he probado hace poco.