Hablamos con Eduardo García (Bodegas Mauro)

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Con apenas 35 años Eduardo García ya se ha forjado una buena reputación en el mundo de vino. No se esperaría menos del hijo de uno los enólogos míticos de España, un hombre asociado durante 30 vendimias a Vega Sicilia, uno de los vinos más famosos de la Ribera del Duero.

¿Qué tanto hay de la saga familiar en tu aproximación al vino?

Desde mi nacimiento. Mi padre siempre ha hecho vino, y en casa lo vivimos de forma natural. Primero salí de España y estudié en Burdeos y en Borgoña, y luego me incorporé pronto a trabajar en San Román, ha sido un aprendizaje continuo.

La experiencia de Burdeos y Borgoña me impactó mucho, Desde el principio sabía que cuanta más experiencia acumulase tanto dentro como fuera de España, mejor entendería la viticultura y la enología. Nuestro mundo es muy pasional, de mi padre me gusta sobre todo el sentido común, es lo que siempre nos ha transmitido: la sencillez y humildad, y eso se transmite al vino. Mi padre es un gran enólogo pero sobre todo es una gran persona. Es con lo que me quedo.

Saliste para conocer otros viñedos y formas de elaborar ¿Con qué te quedas? 

Sigo viajando de hecho, y creo que hay que ser fiel a lo que tienes, no intentar copiar nunca. Tenemos un suelo magnífico, terreno y una variedad autóctona espectacular. Nunca he intentado extrapolar, lo que te queda es la filosofía y los conceptos para luego aplicar lo que sientes sin copiar. Se trata de crear, porque no todo funciona en tu territorio.

Pero te diría que aprendí mucho sobre la pasión por la viña. Que los grandes vinos se hacen en el viñedo, lo que veo viajando es que los grandes vinos salen de allí. El enólogo no es un mago, nunca he creído en ello. Lo importante es transmitir lo que hay de bueno en cada zona, y transmitirlo lo mejor posible.

Mauro es un vino de culto para muchos aficionados. ¿Cuál es el secreto?

No hay secretos, en nada, lo extrapolo mucho a la cocina. Lo que tiene que haber es pasión, ilusión, trabajo y tiempo, y muchas veces tener un talento, pero viene aparejado de la ilusión y del trabajo. También se necesita mucha paciencia, en la viña hay que esperar a que la cepa de adentre en el subsuelo, por ejemplo. Podría deciros que en Mauro, lo que mi padre ha hecho muy bien, es ir poco a poco.

¿Son vinos para disfrutar ahora o para darles tiempo en botella? 

Transmitimos en los vinos lo que el viñedo da, hay suelos que están más adaptados al corto plazo, nosotros no forzamos, en general siempre aguantan bien.  Se pueden aguantar entre 5 y 10 años y siempre queremos que se disfruten pero muchas veces no depende de nosotros porque es el terreno el que lo marca.

Mauro es un vino muy hedonista, de trago largo, de disfrute, son vinos que no hay que esperar tanto para beber. En VS y Terreus sí creo que viene bien esperar, pero al final es el cliente quien tiene que probar y decidir lo que le gusta, depende mucho del momento.

Personalmente no creo en la palabra debe, creo que es un concepto erróneo, influye más el estado psicológico del que bebe el vino. Personalmente no creo que exista un estado óptimo, creo que es el cliente, el momento, la comida, el momento… soy bastante anárquico y mi hermano y yo lo hemos visto y aprendido con mi padre.

¿Qué maridaje de tus vinos recomendarías?

Para mi el concepto de maridaje está obsoleto. Me parece que hay ciertas cosas que son obvias, pero creo más en los momentos alrededor del vino, en el momento de disfrute… la mejor botella del mundo bebida en una mala compañía te lo fastidia todo…y en cambio, con un vino modesto que se acompaña de un gran momento, das en la clave.

Desde que te has incorporado de lleno en Mauro. ¿Ha habido cambios en la forma de concebir los vinos?

Respeto la misma filosofía de mi padre, el mismo concepto familiar, aunque yo me enfoco más en el viñedo, en comprar viñas viejas, en plantar cosas diferentes… pero llevamos 30 años haciendo lo mismo y no quiero hacer ninguna revolución.

Estamos en espíritu ecológico, disminuyendo los rendimientos, cuidando mucho la viña. Yo creo que los procesos tienen que ser lentos, yo personalmente creo que todo tiene un proceso, que hay que mejorar poco a poco, sobre todo aprendiendo y viendo, lo que no me cuadra son los procesos rápidos.  Sigo de cerca la biodinámica, pero creo que hay que esperar a entender bien la biodinámica y que se haga de verdad, no por moda. Pienso que no se puede ir a los extremos porque nunca son buenos, pero indudablemente sí que soy un firme convencido del viñedo ecológico.