X Salón de Vinos Radicales: celebrando la autenticidad
El pasado 20 de enero tuvo lugar en Madrid, en el espacio COAM, el X Salón de Vinos Radicales organizado por el Sindicato del Gusto. Se trata de una cita ideal para entrar en contacto con diferentes realidades vitivinícolas de todo el país, pero con sólidos valores comunes.
Singularidad, sostenibilidad, respeto por las variedades autóctonas, por el territorio y por las tradiciones. Estas son las principales cualidades que comparten las bodegas participantes y que identifican a la gran mayoría de los vinos que tuve el placer de catar.
La palabra “radical” puede quizás asustar, pero de ningún modo debe entenderse en un sentido «extremista»; no estamos hablando de vinos «salvajes» como a veces pueden parecer ciertos vinos llamados «naturales» (un gran caldero donde se pueden encontrar botellas excelentes y vinos que, francamente, no se pueden beber).
No se trata, por tanto, de un salón del vino «talibán», sino, por el contrario, de una galería fotográfica en la que podemos encontrar instantáneas de algunos de los terruños más interesantes de la península y de fuera de ella (también estuvo presente un pequeño grupo de bodegas internacionales en un interesante focus llamado: «Lístan prieto, la uva viajera»). Entre los bancos de la cata tuve ocasión de apreciar no sólo la franqueza del néctar alcohólico que tanto nos gusta, sino también de los propios productores, capaces de transmitir su pasión y amor por la tierra a través de sus elaboraciones.

Vinos singulares, por tanto, pero absolutamente finos, elegantes, a veces un poco impetuosos pero, desde luego, dotados de personalidad y no un producto homologado y homologador fruto de un estudio de mercado.
Uno de los aspectos que más me llamó la atención fueron las creaciones de varias bodegas de Rioja, donde existe una gran tradición que, a lo largo de los años, ha producido también una homologación sensorial. Pues bien, aun reconociendo, sin lugar a dudas, las señas de identidad de estos territorios, todos los vinos que caté no eran en absoluto un retrato estereotipado de lo que un consumidor espera de las etiquetas de esta D.O.Ca.
Hay que añadir que este factor también puede venir determinado por una especie de proceso de «deconstrucción» del coupage clásico, donde existe un creciente interés por los monovarietales de las variedades denominadas «menores» (Mazuelo, Graciano, etc.) no porque tengan poco valor, sino porque se utilizan en porcentajes menores en las mezclas de los grandes tintos de la zona.
Pero la vitivinicultura española no es solo Rioja, por supuesto. Muy interesantes fueron las aportaciones de la zona de Levante, que, tras haberse sacudido la etiqueta de vinos a veces demasiado densos, a menudo sobre madurados y con porcentajes de alcohol muy elevados, está viviendo una época dorada, gracias a una interpretación diferente y más moderna de las variedades más importantes, como la Bobal y la Monastrell.
Una exposición que, por tanto, tuvo el gran mérito de ofrecernos una interpretación muy actualizada del panorama vitivinícola español, porque sabemos que las grandes revoluciones suelen empezar con un pequeño grupo, y en estos productores podemos reconocer todas las tendencias actualmente en boga y adoptadas también por las grandes marcas (apuesta por vinos ecológicos y biodinámicos, sostenibilidad, vinos de pago o de pueblo, apuesta por variedades autóctonas menores, métodos de elaboración ancestrales y tradicionales).
A continuación me gustaría señalar algunos de los vinos que más me han impresionado actualmente de nuestro catálogo, esperando que encuentres entre estas propuestas el placer que yo he encontrado.

BODEGA ARIZCUREN – Barranco del Prado 2019
Una garnacha de viñas viejas, fresca, enérgica, seductora y extremadamente elegante. Pequeñas frutas rojas, hierbas aromáticas, un ligero toque especiado y un carácter encantador y fugaz como el de una diva de los años 40. Para mí, sin duda, es el mejor vino que he probado en este comienzo de 2025. Un Rioja de Óscar.
ARRAYÁN – El Bufón Albillo Real 2022
Una Albillo Real de extraordinaria mineralidad. Cada vez que la cato sigo enamorado de esta variedad. A pesar de su nombre, se trata de un vino muy serio, vertical y sabroso, elaborado por una bodega que lleva años practicando una viticultura ecológica y sostenible y con una excelente relación calidad-precio.


Un tinto intenso y penetrante como el ritmo de un tambor tribal. Este vino consigue encerrar todo el carácter de la isla de Mallorca y sus variedades autóctonas. Balsámico, especiado y profundo. Sin concesiones, lo tomas o lo dejas.
BODEGAS VERUM – Las Tinadas Airén de Pie Franco 2022
Otro blanco del interior de España, en este caso de la bodega Verum, de Tomelloso. Lo que probé fue un espléndido Airén de pie franco elaborado a la manera tradicional en tinajas de barro. Un vino complejo, cremoso y extremadamente gastronómico.

También debo destacar otros dos proyectos riojanos que me impresionaron mucho por la extraordinaria calidad de sus vinos. Me refiero a las bodegas Bhilar y Exopto, en las que toda su gama es realmente interesante, desde los vinos de entrada hasta los vinos de parcela. Había muchísimas otras bodegas interesantísimas en el salón y es una pena que no pueda mencionarlas todas pero, en cualquier caso, os invito a asistir al próximo evento, para que podáis tocar estas realidades con vuestras manos, o mejor dicho, ¡con vuestro paladar!
Italiano del sur, enamorado de Madrid y por supuesto de los vinos españoles. Entusiasta redactor de contenidos en el equipo de Bodeboca. Licenciado en Bellas Artes en Roma y apasionado lector, me encantan los cómics, los picoteos, los vinilos de música jazz y exótica. Después de obtener la calificación Nivel 3 del WSET he decidido dedicarme al mundo del vino siempre en busca de nuevos horizontes.