‘Take-Away’ y vino, una combinación ganadora

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Este ‘post’ nace con un único propósito: hacerte salivar. Porque bastante tenemos encima como para no disfrutar sin contemplaciones de la comida y el buen vino, esa unión mágica por la que muchos perdemos el sentido. 

A raíz del auge del take-away, delivery o comida a domicilio — llámalo como quieras — nos hemos propuesto elevar esta nueva fórmula gastronómica para convertirla en un momento hedonista de categoría. Y no se trata de suplantar a nuestros queridos bares y restaurantes, se trata de poner en valor esta nueva forma de hostelería. 

Y además… ¿quién ha dicho que hace falta un plato de relumbrón para abrir una buena botella? Abogamos por romper con los convencionalismos en favor de la libertad foodie. Dicho esto, ve sacando lustre a tus copas y prepárate para leer algunas opciones que son valor seguro. 

A partir de los tres ejes que vertebran (o eso creo yo) la comida para llevar, van por aquí unas cuantas recomendaciones de lo más golosas:

La reina indiscutible de la categoría son las pizzas, uno de los primeros deliveries que tuvieron lugar en todo el mundo. Comenzamos además con su receta canónica, por la que se mide a cualquier pizzaiolo: la margarita. Tomate, mozzarella y albahaca; nada más y nada menos. Aquí necesitamos un tinto fresco, frutal y jugoso como Pago de los Capellanes Joven Roble 2019. Pura dinamita.

Seguimos con otra de las recetas favoritas de cualquier pizzería con la bianca de setas y huevo. Aquí entran en juego factores como la intensidad y la cremosidad, que para un perfecto equilibrio de sensaciones tiene como gran aliada la acidez de la Riesling, que proponemos en su versión más afilada con este Karl Schaefer Riesling Trocken 2019.

Otro actor importante en esta película son las siempre confortables hamburguesas, amiga de despertares revueltos y noches culpables. En su versión más conocida, la cheeseburger (o bacon cheeseburger para los más “gochos”), la clave es la correcta cocción del cheddar para que resulte fundido y sedoso junto con un punto jugoso de la carne. En este momento, toca viajar a dos lugares por los que este que les escribe siente devoción: Bierzo y Borgoña

Allí crecen dos variedades minerales y balsámicas, como la Mencía y la Pinot noir, llenas de finura y que son ideales para contrarrestar la irremediable grasa que se conforma alrededor de este “filete ruso entre panes”. Nos ponemos en las manos de dos elaboradores de confianza, Losada Vinos de Finca y Prosper Maufoux, que entregan referencias de altura como Losada 2018 y Prosper Maufoux Pinor Noir 2019.

Otra receta americana que cuenta cada vez con más adeptos es el pulled pork, una corte de cerdo cocinado a baja temperatura durante horas que culmina con unas deliciosas hebras de carne llenas de sabor. Se suele acompañar de salsa barbacoa y cebolla confitada (sin azúcar añadido, por favor).

Esta bomba de relojería necesita de algo que ponga orden y sentido a esa fiesta. Para ello, nada mejor que unas burbujas de nivel. Los proyectos históricos de Gramona o Recaredo tienen opciones como Gramona Imperial 2015 o Recaredo Terrers 2017 que aparte de ser un cañón, resetean por completo el paladar con cada trago para seguir disfrutando al máximo de cada nuevo bocado.

Para acabar este festival vamos con la recomendación más lejana y quizás más saludable. Nos ponemos rumbo a Asia para degustar dos de sus creaciones más reconocidas.

Las gyozas se han convertido en un fijo de cualquier carta asiática por ser un plato divertido y sabroso, al contar con todo tipo de texturas y matices. Para acercarlo a la península queremos emparejarlo con un blanco riojano de aroma cítrico y boca untuosa como Valenciso Fermentado en Barrica 2019.

Y como cierre final, una leyenda: el nigiri de atún. Si lo pides, asegúrate de que esté hecho en un sitio que cuide el producto y las elaboraciones, ya que la línea que separa un bocado sutil y elegante de uno vulgar es muy fina. Eso sí, cuando el arroz es impecable y el atún rebosa frescura nos encontramos ante un momento de placer colosal. ¿Y esto con qué va bien? Pues con la profundidad y la verticalidad que aportan la albariza y la Palomino fino de, por ejemplo, la Manzanilla Maruja de nuestro añorado Juan Piñero.

¡Salud y buen provecho!