Noelia Bebelia: el renacer de la Albariño de Soutomaior

En Bodeboca queremos acercaros los proyectos más interesantes de viñadores que están dando que hablar y que hemos reunido en nuestra Colección Jóvenes Promesas. Éste es uno de ellos.

Sin dinero, sin bodega y sin viñedos. Así comienza la historia de Noelia Bebelia, una bodega que se fundó en 2011 de la mano de Noelia y Simón, un matrimonio tan amante del vino como soñador.

Ambos nacieron en Soutomaior, una pequeña subzona de las Rías Baixas con muy buena fama para el cultivo de la vid pero orográficamente muy complicada. Debido al boom de la Albariño en los años 80 en las subzonas de Salnés y Rosal, este territorio había perdido mucha fama, algo que Simón y Noelia estaban dispuestos a relanzar. 

Los dos eran aficionados al vino a nivel consumidor y esto era algo que les venía de familia, ya que sus padres y abuelos lo elaboraban en casa para autoconsumo. 

La idea de montar una bodega surgió un día paseando en coche y empezando a imaginar cómo sería montar este tipo de negocio con la ilusión de crear un vino que devolviese a Soutomaior la consideración y fama que siempre tuvieron sus albariños. 

Partieron de cero, ya que ninguno de los dos venía del sector vinícola. Él era ingeniero industrial y ella economista, por lo que ambos tuvieron que formarse para seleccionar tanto la mejor ubicación como la zona de mayor fertilidad. Para la variedad Albariño es importante conseguir terrenos poco vigorosos de orientación sur, por lo que decidieron plantar las cepas en una montaña al cauce del río Verdugo. 

Comenzaron con 3 hectáreas de viñedos propios abrazando la filosofía de vigneron, muy poco extendida en Rías Baixas. En esta D.O. hay muchos minifundios en manos de viticultores que venden las uvas a las bodegas, pero Simón y Noelia querían elaborar sus vinos únicamente con uva propia, algo que consiguieron cinco años después de fundar la bodega, en el 2016, cuando elaboraron su primer vino en una subzona en la que solo estaban ellos y una pequeña cooperativa. Actualmente tienen 5 hectáreas de viñedos y elaboran 30.000 botellas. También exportan desde EE.UU hasta Japón. 

Su misión desde el principio fue elaborar vinos extraordinarios y sostenibles, que ya están obteniendo el reconocimiento del público, hechos exclusivamente con uvas procedentes de su finca. Sin olvidar la sostenibilidad, aplicando las mejores prácticas sostenibles en el viñedo y la bodega para reducir el impacto del ser humano en el medioambiente y en la sociedad. Además, se emplean prácticas sostenibles y productos ecológicos, siempre que sea posible, en la elaboración y distribución de sus vinos. Para llevarlo a cabo formaron un equipo de enólogos en el que estuvieron involucrados, incluso, investigadores del CSIC. Contaron, además, con Jesús Pita Sors, toda una autoridad en el ámbito de la investigación de la Albariño, para el diseño de la finca.

La peculiaridad de la Albariño de esta zona es el pequeño tamaño de la uva con una mayor concentración e intensidad aromática. Esto es debido a sus suelos pobres y arenosos. Por otro lado se busca un punto de sobremaduración para conseguir un perfil aromático distinto a lo que estamos acostumbrados cuando bebemos un albariño (notas cítricas, florales). Aquí se buscan aromas de fruta de hueso o albaricoque. 

Noelia Bebelia es una bodega que trabaja en ecológico, por lo que se enfrenta año tras año al mildiu, un hongo que ataca todos los órganos verdes de la vid con el que en un mal año puedes perder gran parte de la cosecha.

Una pareja que trabaja con la mirada puesta en el origen como punto de partida de un gran vino y que abraza la tradición con el fin de recuperar lo mejor de ella.

Aquí os dejamos dos recomendaciones para que «catéis» este proyecto: