Entrevista a la enóloga riojana Elena Adell

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Treinta años trabajando como enóloga no han hecho que Elena Adell pierda una pizca de su vocación por elaborar vino. Inquieta e incombustible, esta enóloga riojana se mantiene incansable a la hora de asumir nuevos retos y desafíos profesionales. Su máxima: mantener viva la ilusión por seguir aprendiendo y difundiendo lo que de cultural y placentero tiene el consumo moderado de vino.

Adell es la creadora de la gama de vinos de Azpilicueta, entre los que se encuentran dos monovarietales de Viura: Azpilicueta blancoFélix Azpilicueta Colección Privada Blanco, con los que defiende que en Rioja se pueden hacer grandes blancos. También nos habla de esa Rioja vanguardista con el Azpilicueta rosado, de Tempranillo y Viura, y de la tipicidad de una de las regiones históricas en la elaboración de vinos de España.

¿Cómo se expresa la variedad Viura en los vinos blancos de Azpilicueta?

Azpilicueta Blanco surgió como un reto por demostrar que Rioja puede hacer grandes blancos y muy atractivos con la uva Viura. Mimando esta variedad y dedicándole tiempo y pasión podemos conseguir vinos muy interesantes, con mucha carga de fruta y flores. Es un vino muy fresco y perfumado, a la vez que complejo. Es muy versátil. Esto lo hemos conseguido vinificando por separado las uvas que, cuando se han vendimiado, estaban al abrigo del sol de las que no lo estaban y en consecuencia, unas nos aportaban fruta fresca y otras madura. Lógicamente separamos las uvas de cada parcela y la crianza también se hace por separado. Luego ensamblamos.

¿Por qué los blancos de Rioja han estado en segundo plano y por qué vuelven ahora? ¿Cuáles son los retos para mantener esta tendencia?

Era algo que Rioja tenía pendiente. Hace unos años incluyó seis variedades nuevas: tres autóctonas y tres foráneas. De Malvasía y Garnacha blanca, aunque podíamos cultivarlas al igual que la Viura, había muy poco plantado. Así que tomamos la decisión de trabajar la variedad Viura, que como con cualquier otra uva, puede dar grandes resultados si se trabaja bien. Los blancos han estado relegados hasta hace poco porque estábamos ocupados elaborando y prestigiando los vinos tintos. En mi opinión la Viura es una variedad que ha sido tratada injustamente, pero es una variedad que puede sorprendernos gratamente. Los retos de ahora son demostrar que en Rioja podemos hacer grandes vinos blancos y darlos a conocerlos entre la población, independientemente de la edad o el sexo. España es un país de consumo de tintos, queremos que eso cambie, queremos que además de los tintos descubran y aprecien los blancos.

El Azpilicueta rosado, ¿para qué tipo de cliente lo elaboráis?

Azpilicueta es una marca que comercializamos sobre todo en España, es decir hablamos de un consumo mayoritariamente nacional. Nos hemos dado cuenta de que el público demandaba vinos rosados de color pálido, como los de la Provenza. Nosotros queremos hacer los vinos que gustan al consumidor. (Klonopin) Siempre voy a hacer un vino que yo misma me bebería, pero intento ponerme en la piel de quien lo demanda. Sobre esta base nace Azpilicueta rosado.Es un vino distinto y singular, porque para elaborarlo hemos utilizado la Viura y Tempranillo. Cuando planteamos la elaboración de este rosado, estábamos metidos de lleno en descubrir cómo se expresaba la Viura, así que la incluimos en el rosado. El resultado es un vino muy agradable en boca, hacemos una breve crianza sobre lía fina para aportar untuosidad, con aromas que nos recuerdan en parte a los blancos y en parte a los rosados.

¿Por qué crees que se bebe tan poco rosado en España cuando otros países como Estados Unidos tienen un consumo tan alto?

Bueno, ahí debemos entonar un poco el mea culpa. Hubo un tiempo en España en el que no se hicieron buenos rosados, pero de eso hace muchos años. Y es que es uno de los vinos más difíciles de hacer, es muy exigente tecnológicamente. Hay quien dice, casi despectivamente, que no es ni blanco ni tinto. Pues claro, ahí está su particularidad. Además son vinos muy prácticos, porque es en las armonías difíciles donde los rosados triunfan. Hay platos que no sabes con qué vino tomártelo, a esos les va fenomenal un rosado. A mí es un vino que me entusiasma y llevo toda la vida pregonando sus bondades.

Félix Azpilicueta Colección Privada Tinto (93 Peñín) es uno de los vinos elaborados más a tu gusto. ¿Cómo lo definirías?

Efectivamente, coincide con lo que a mí más me gusta. Pretendía poner en valor dos cosas: la tipicidad pero también la expresión vanguardista. El ensamblaje tradicional en el que predomina la Tempranillo, acompañada por Graciano y Mazuelo. Y es que este vino tiene mucha fruta madura, este es su epicentro. Tiene una crianza trabajada con elegancia, es muy complejo, elegante, se notan las pizcas de especias en una boca suave y fresca que te llena y te invita a seguir bebiendo.

Félix Azpilicueta Colección Privada Blanco obtuvo en su añada 2012 el premio a Mejor vino blanco de España en el concurso La Nariz de Oro (ya extinto) y 90 Peñín en 2014. ¿Qué tiene de especial este vino? ¿Crees que los vinos blancos con barrica es una moda y como todas las modas terminará pasando?

Fue un gran reto, era el primer vino blanco de Azpilicueta, en el año 2011. Es un vino que puede ser una joya, que se revaloriza con el tiempo. Existe ese mito de que el vino blanco hay que beberlo del año. Este vino desmitifica eso. Pienso en los vinos de Borgoña, en cómo ganan año tras año. Nunca pasarán de moda. A medida que vaya calando el consumo de blancos irá aumentando el de los fermentados en barrica porque estos vinos ganan con el tiempo. Es un clásico.

¿Cómo entraste en el mundo del vino? 

Entré por curiosidad. Soy riojana y estudié ingeniería agrónoma. Así que con esos dos elementos y un racimo en la mano tuve que elaborar vino. Fue casi un camino que estaba ahí y solo tuve que tomarlo.

¿Cuál es tu proyecto más personal?

Me muevo mucho por emociones. He disfrutado mucho creando la gama de vinos de Azpilicueta, es una marca que he visto nacer, crecer y en la que he trabajado mucho. Por otra parte, Campo Viejo es la marca con la que más me divierto. Cuento con miles de hectáreas distribuidas por toda Rioja para jugar con ellas, para hacer muchas combinaciones de uvas, de parcelas, es muchísimo lo que se puede hacer con ellas. En realidad cada marca es un motor para mí.

¿Cómo es el día a día de Elena Adell, teniendo que responder a tantos desafíos?

Todos los días son distintos. Llevo muchos años ocupándome de cosas muy diferentes. Es eso lo que hace que mantenga la ilusión. Sigo intentando encontrar motivos diferentes para mantener el entusiasmo. Tengo meses de mucha intensidad y mucha presencia en bodega, pero hay otros que solo la piso dos días cada semana. Pero hay una constante en todo lo que hago y es difundir lo que de cultural y placentero tiene el consumo moderado del vino. El vino tiene un objetivo principal que es hacernos disfrutar.