¡Con un par!

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Huevos: una proteína que es cosa fina.

Hace años, tras vivir unos meses en Irlanda, regresé a casa con un único pensamiento: “mamá, hazme unos huevos fritos con patatas”. Algo tan básico se convirtió en una necesidad después de comidas y comidas en las que el aceite de oliva ni estaba ni se le esperaba. Ya he dicho en algún artículo que el huevo frito es el pináculo de la civilización moderna, por eso quiero dedicar este espacio para rendir homenaje a un producto sencillo y humilde, pero que ofrece mucho placer e infinitas combinaciones.

Empiezo con algo muy gocho para abrir boca, unos huevos rotos con chistorra. Para mi es el aperitivo de domingo perfecto. Puro sabor, puro carácter. Con la yema y la clara embebidas por el jugo de la chicha del cerdo. Aquí recomiendo algo para poner cordura al asunto, así que opto por Champagne Deutz Brut Classic, un espumoso para las grandes ocasiones. ¿Quién dice que no?

Pasamos ahora del exceso al equilibrio, a la finura. Existen cientos de revueltos, pero pocos con la elegancia del revuelto de bacalao. Cuando se consigue una textura cuajada, jugosa y ligera junto a unas lascas de bacalao en su punto óptimo de sal es una obra de arte. Un bocado que siempre me gusta acompañar con tintos fluidos y refrescantes como la Garnacha de Casa Castillo. El Molar 2021 es un regalo para los sentidos, uno de esos monovarietales que nunca fallan.

Un tratamiento de la yema que es muy resultón es la curación. Si la entierras en una mezcla a partes iguales de sal y azúcar durante 90 minutos consigues una fina capa exterior que sostiene al líquido interior. Piensa por ejemplo en unos boletus confitados con yema curada, una mezcla ganadora donde baila cualquier sinónimo de la palabra melosidad. En esta fiesta no puede faltar La Jarana, un moscatel seco que caté hace poco y que fue un flechazo instantáneo. 

Para seguir con este festival quiero desvelar uno de mis secretos mejor guardados, algo que pido siempre cuando voy a una buena freiduría de pescado; atención al truco. Unos calamaritos fritos y en un plato aparte unos huevos fritos. En este último plato, vierte una cucharada sopera de fino en rama y mezcla todo. Una vez hecho, añade la formulación resultante sobre la fritura y lo que se obtiene es mágico, de verdad. Siempre lo acompaño en la copa con el mismo vino usado durante la alquimia, y si este es Solera Fina María del Valle en Rama, pues la experiencia es casi religiosa.

Seguro que esperabas la tortilla más icónica de España: la tortilla de patatas. Con o sin cebolla, más o menos cuajada… no abriré esos melones ahora, pues es una receta que gusta a todos. Si tuviese que descorchar una botella, se me viene a la mente uno de los mejores tintos de Ribera del Duero que he catado últimamente: Balbás Reserva 2017. Redondo y rotundo, pero muy equilibrado, es el complemento perfecto.

Para cerrar voy con un toque goloso y con chispa. Te propongo un flan de huevo hecho con nata en lugar de leche, una bomba cremosa y sabrosa que se puede elevar con dos gestos sutiles. Coloca unos copos de sal maldon sobre el flan y sírvete una copa de Williams Oloroso en Rama 2012. Prueba y me cuentas.

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De Málaga, amante del vino y la comida en general, y de la manzanilla y los torreznos en particular. Publicitario de formación y profesión, dejó el mundo de la agencia de publicidad para entregarse a su pasión: la comunicación del universo vinícola.