Nou Manolín, la barra de la felicidad
A comienzos de este verano pasé unos días de vacaciones en la costa alicantina. Aunque no dormía en la capital, su amplia oferta gastronómica hacía imprescindible una visita a la ciudad durante alguno de mis días de recreo. El problema de hacer una escapada puntual a un lugar que ofrece tantas alternativas en lo que al buen comer se refiere es que te ves obligado a ir sobre seguro. Así que pregunté a algunos de mis compañeros de Bodeboca que frecuentan la zona dónde debía ir para que mi disparo fuera certero. Todos lo tuvieron claro: “Tu sitio es Nou Manolín”, me dijeron.
Reconozco que no era la primera vez que había oído hablar de esta institución alicantina que lleva desde 1971 trabajando con la mejor materia prima. No es difícil tampoco hacer una búsqueda en Google o en alguna red social frecuentada por foodies de todo pelaje y encontrarse, más pronto que tarde, con el nombre de Nou Manolín o con el de algún otro restaurante del grupo Gastronou, como puede ser el caso de Piripi, ubicado también en la capital de la Costa Blanca.

Nou Manolín es el place to be de la gastronomía alicantina, como así lo atestiguan las numerosas fotografías que cuelgan de sus paredes y que documentan la visita de primeros espadas del mundo de la cultura, el deporte, el espectáculo o la política española. El local cuenta con un elegante salón en el piso superior si se quiere disfrutar de una experiencia más reposada degustando alguno de los arroces o platos caseros de la carta, pero donde mejor y de manera más cómplice se puede vivir la experiencia hedonista es en su barra, situada en el piso inferior. Un espacio informal de ladrillo y maderas con una iluminación tenue y una organización milimetrada donde, desde el momento en el que llegas, sabes que vas a ser testigo de cosas extraordinarias.
En mi caso fui a cenar un martes por aquello de evitar los días de mayor afluencia turística, ya que para la experiencia en barra no es posible reservar. Esperé unos minutos y antes de lo que imaginé me estaban acomodando en uno de sus espacios. Desde ese momento, fue imposible despegar el ojo de los manjares distribuidos a lo largo y ancho del mostrador, con especial protagonismo a la gamba roja, la indiscutible estrella de la gastronomía alicantina.
Además de las gambas, quisquillas, cigalas y ostras que distraían mi atención desde la barra (no hay nada mejor para vender un buen producto que mostrarlo), en la carta destacan también los ibéricos de Joselito (firma con la que Nou Manolín tiene una estrecha colaboración), los llamados “Swarovski” (pequeños montaditos que van desde la ensaladilla con anchoa hasta el huevo de codorniz con jamón ibérico) o sus irresistibles fritos, con las cremosísimas croquetas de jamón y bechamel, los buñuelos de bacalao o los calamares a la romana como estandartes.
Acompañé la velada con una copa de riesling y otra de Una noche y un día, un suavísimo tinto de la región elaborado con la variedad Giró que me sublimó teniendo en cuenta mi querencia por los vinos de fresqueo. Para poner el colofón, un milhojas con crema y salsa de caramelo que elevó la experiencia a otra dimensión. Y es que en Nou Manolín todos los postres son artesanales, y cuando eso ocurre hay que agradecerlo.
No te pierdas…
- Cualquiera de los productos que componen su carta, ya que son de la máxima calidad. Destacando sin duda la gamba roja, la reina de la cocina alicantina.
- Su interesante propuesta líquida, compuesta por joyitas que pueden disfrutarse por copas y también por numerosas botellas de procedencia tanto nacional como internacional.
Me gusta por…
- La profesionalidad y amabilidad de su personal, que trabaja con la precisión de un reloj suizo.
- Algunos detalles como el diseño de la carta, ilustrada precisamente con las figuras reconocibles de los camareros que trabajan en el local.
Dirección: C. Villegas 3, 03001 Alicante
Teléfono: 965 61 64 25
Web: https://grupogastronou.com/nou-manolin/
A pesar de ser de Teruel, no me gusta el frío. En 2011 me licencié en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y he trabajado en medios como la Agencia EFE o Unidad Editorial. En 2013 me incorporé al equipo de Contenidos de Bodeboca y desde entonces he aprendido mucho sobre el mundo del vino y los destilados, el cual forma parte de mi día a día. Actualmente soy el Content Lead de Bodeboca y coordino a un apasionado grupo de redactores. Me encantan también el fútbol, el cine, descubrir nuevos restaurantes y viajar.