‘The Bear’: un zarpazo en la cocina

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Como dicen las abuelas, el de The Bear es un parto bien aprovechado. La serie de FX que ha encandilado en su primera temporada, y estrenará la segunda el próximo mes de junio, no puede tocar más palos en los apenas 30 minutos que dura cada uno de sus ocho episodios. Y lo hace de la manera más atrapante e inteligente posible.

El punto de partida parece manido: un joven y brillante chef deja sus fogones de alta cocina para regresar a casa y hacerse cargo del bar familiar de bocadillos, al borde del abismo. Lejos de lugares comunes, la verdad del relato y del elenco es tan apabullante que desde el primer segundo se torna en una experiencia extraordinaria, empujándote de un zarpazo al caos absoluto del servicio en el Original Beef of Chicagoland. Es ahí, desde el centro del desastre y su ritmo frenético, donde emerge la cara b de la restauración, la de barrio con inspecciones de sanidad e imprevistos que desbaratan las cuentas; y la de los grandes templos culinarios en los que el ego y la presión minan talentos y carreras. 

Sin embargo, The Bear da muchas más puntadas, y con buen hilo, a saber: la salud mental, el duelo, las relaciones tóxicas, la lealtad, el compromiso, el descubrimiento de una pasión o la familia impuesta y elegida. Juntas confeccionan el traje a medida de una historia de redención en la que, como siempre, compartir una buena mesa lo une y lo cura todo.

Ficha técnica

The Bear

Creador: Christopher Storer

Temporadas: 1 (estreno de la segunda temporada en junio de 2023)

País: Estados Unidos

Año: 2022

Disponible en Disney+

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Madrileña de Aluche de cuna y militancia, licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y, desde noviembre de 2019, miembro del equipo de Contenidos de Bodeboca. La mayor parte de mi trayectoria laboral ha estado ligada a la información local de mi ciudad en prensa escrita y radio. La casualidad (¿o causalidad?) hizo que cambiara ruedas de prensa, plenos municipales y visitas de obras por historias de bodegas, variedades de uvas y notas de cata con palabras mágicas como sotobosque. Viajar, el mar con los míos, los días soleados, perder la noción del tiempo en un museo y las canciones de siempre de Calamaro, U2 o Bruce Springsteen, son algunas de mis cosas favoritas. Y, por supuesto, si se dan acompañadas de vino, la perfección.