Tío Pepe en Rama 2022, la mejor edición en años

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Hoy debería ser festivo, da igual el día que leas esto porque al fin ha llegado la nueva edición limitada de Tío Pepe en Rama y es posiblemente la mejor del último lustro. Esta saca de 2022 es verdaderamente impresionante y con un perfil diferente al de las últimas. En el comité de cata de Bodeboca quedamos ojipláticos ante tamaña “barbaridad” perpetrada con maestría por Antonio Flores, uno de los emblemas de González Byass.

Este fino en rama es puro Jerez. Es una brutalidad de matices organolépticos que te emocionan desde el color. Es un vino que se debe probar, que no admite pusilánimes ni mentes cerradas. Un generoso que es eso, pura generosidad. Podría estar horas hablando de las maravillas de este supervino, pero lo que se tercia ahora es disfrutarlo, de llenarse el alma con el fruto de una tierra, de una cultura y de un arte, el de convertir la Palomino fino en mucho más, siempre más. En definitiva, de sentir en nuestro interior las raíces más profundas de una forma de vida. Este fino en rama me ha emocionado, y estoy seguro de que les ocurrirá lo mismo a todos los que aman el marco de Jerez, el punto vinícola en el que todo empieza y todo acaba.  

Tío Pepe Fino en Rama 2022 es un vino salvaje que nos llega sin maquillajes, a lo puro, recién sacado de la bota, sin filtrar, clarificar ni estabilizar. Por eso siempre decimos que es la quintaesencia del fino.

Estamos ante la decimotercera edición limitada de este generoso que Antonio Flores ha seleccionado entre las 96 botas que mejor reflejan el origen y la crianza de Jerez. Ha elegido una a una, tiza en mano, aquellas que mostraban mejor la singularidad de cada saca y añada, ya que cada bota tiene identidad propia.

Este año el tiempo ha sido esencial en su configuración, puesto que el invierno fue muy suave y seco, lo que provocó que la flor tuviera gran actividad en este período. El resultado es este fino en rama en el que se percibe el carácter intenso del velo de flor, su salinidad y frescura características, pero con una cremosidad y unos recuerdos de pan que te reconfortan y te hacen sentir muy bien. Este vino es la suma de todo lo que es el buen jerez, pura expresión de la viña y de la crianza en botas de roble de excelsa calidad.

Podemos decir sin temor a equivocarnos que este vino es el “hijo de Antonio Flores”, ya que como él mismo señala “es mi proyecto personal más importante”. Este vino ha sido marcado inexorablemente por un tiempo atmosférico muy especial, lo que unido a la acción de las botas en las que se ha criado durante 4 años, lo han convertido en un fino espectacular. Estas botas son las mejores que Flores ha encontrado para crear esta maravilla, y eso en una bodega como González Byass, son palabras mayores. 

En esta saca te vas a encontrar con un vino que en boca bien podría compararse a un blanco de clase mundial y que entra por la vista como si fuera oro líquido en tu copa. En la nariz es herencia de albariza con esas notas salinas muy sápidas que da esa tierra única y los recuerdos a pastelería que otorga la crianza biológica jerezana. Tiza, talco, yodo y sal te están esperando. Flores concluye de este vino que es pura emoción, “un beso de sal robado en nuestras bocas”. Tras esta aseveración, poco más se puede añadir.