La historia de esta bodega comienza, como muchas grandes anécdotas, en la universidad. Sus creadores se conocieron mientras cursaban Enología en Logroño y decidieron emplear los viñedos de sus familias para crear sus propios vinos.
Juan Antonio Blanco, Roberto Monforte y Gorka Etxebarria son los creadores de este proyecto, a través del cual han querido transmitir su pasión por el vino y por La Rioja.
Ellos mismos son los encargados de las labores vitivinícolas en los viñedos. Sus nombres son Raposeras, Los Tollos y Centales de Uruñuela. El tamaño de estas parcelas permiten que el control sobre el viñedo sea total y que se pueda cuidar con el máximo esmero, ya que en algunas no llegan a superar una hectárea. El fruto de estas viñas permite elaborar un número reducido de botellas cada añada.
Además, trabajan mano a mano con viticultores de la zona que les ofrecen los frutos de sus cosechas, dando origen a varios de sus vinos. Estas parcelas, de pequeño tamaño y en su mayoría familiares, permiten una elaboración muy cuidada en todos los procesos que siguen en la propia bodega.