Santus

En 1995, Maria Luisa Santus y Gianfranco Pagano, marido y mujer, ambos agrónomos, tomaron la decisión de producir únicamente Franciacorta. 10 hectáreas de viñedos, que cuidan personalmente, son todo lo que necesitan para crear unas pocas pero finas botellas.

Su trabajo se basa en una convicción: los pequeños viticultores son defensores de la diversidad y los matices que ofrece la naturaleza, por lo que es necesario rechazar cualquier tipo de estandarización. Y como el vínculo viña-clima-terroir es inseparable, era una opción casi natural no producir cualquier cuvée, sino embotellar sólo el producto de cada añada.

Para Santus, la viticultura ecológica es una de las herramientas absolutamente necesarias para salvaguardar el medio ambiente y la biodiversidad. Al fin y al cabo, un vino de calidad sólo se produce en un entorno natural vivo y sano. 

Junto con el grupo de agrónomos SATA, la bodega se ha dedicado al proyecto BIOPASS para respetar y aumentar la biodiversidad en la bodega. Junto con el Departamento de Ciencias Agrícolas y Medioambientales (DiSAA) de la Universidad de Milán y la Fundación Edmund Mach de San Michele all'Adige, la bodega se ha comprometido a cuantificar la presencia de los organismos más sensibles en sus viñedos.

La mineralidad, la complejidad, la estructura y la amenidad son las características comunes a todos los vinos de Santus, vinos que no siguen las modas sino que buscan confirmarse como iconos de una elegancia destinada a perdurar.