Domaines Schlumberger

Claus Schlumberger fue el primero  de la familia en instalarse Guebwiller durante el período de los monjes conocidos como “The Princes Abbés”. Al no poder aguantar la dominación de los religiosos, decidió mudarse a Mulhouse, una ciudad libre y protestante. Pocas generaciones después ya se habían convertido en una de las familias más reconocidas de la zona.

No obstante, fue Nicolas Schlumberger quien inició la aventura vinícola de esta familia. Volviendo a los orígenes se mudó de  Mulhouse a Guebwiller en 1810 y compró 20 hectáreas de viñedo para elaborar su propio vino.

Más de dos siglos después, esta familia presume de la selección de excelentes y expresivas referencias que, reflejando el carácter de los distintos terruños de Alsacia, ha enamorado a amantes del vino y a los prestigiosos críticos que admiran la el talento del equipo de la bodega transmitiendo la identidad de las variedades clásicas de esta AOC.

Las viñas de Domaines Schlumberger se encuentran localizadas en las laderas de Guebwiller, en el sur de Alsacia. Con  pendientes significativas y una altitud aproximada de 250 a 390 metros sobre el nivel del mar, las viñas disfrutan de perfectas orientaciones suroeste, sur y sureste.

A partir de una gran diversidad de viñedos en propiedad, las referencias de la bodega se clasifican en cuatro colecciones.

Para empezar se encuentran sus vinos elaborados a partir de las viñas en sus cuatro Grand Cru: Saering, Spiegel, Kessler y Kitterlé. Vinos prestigiosos que conquistan el paladar de los más exquisitos. 

La colección The Princes Abbés contiene referencias monovarietales de las siete uvas de la región. Se trata de vinos de Sylvaner, Muscat, Pinot noir, Pinot blanc, Riesling, Pinot gris y Gewürztraminer en los que la identidad de estas uvas se muestra con nitidez y encanto.

Por su parte, The Collections son están formadas por sus Vendanges Tardives (Vendimias Tardías) y sus Sélections de Grains Nobles que únicamente se producen en las mejores añadas y con uvas procedentes de los Grand Crus. Por su limitada producción y su carácter hechizante, se trata de joyas de coleccionistas.

Por último, sus Lieux-Dits, parcelas históricamente reconocidas por sus terruños singulares que dotan a los vinos de una personalidad única.