Piña Colada, la bebida nacional de Puerto Rico

|Categoría

Existen varias versiones sobre la autoría de este dulce y refrescante cóctel tan apegado al verano y al ambiente marítimo, pero nosotros vamos a apostar por la que quedó registrada en 1954 cuando el barman del Beachcomber Bar del Hotel Caribe Hilton de San Juán de Puerto Rico, Ramón «Monchito» Marrero, recibió el encargo de su jefe de confeccionar un cóctel que recogiera la esencia del lugar y fuera el estandarte del hotel. Para ello, se le ocurrió mezclar ron blanco, crema de coco y jugo de piña. 

Esta receta quedó patentada a través de un certificado oficial, y aunque es posible que antes ya se le hubiera ocurrido a alguien, como cuenta la leyenda sobre el pirata Roberto Cofresí del que se decía que en el siglo XIX lo servía a su tripulación, o casos más mundanos como el del restaurante Barrachina de la ciudad Vieja de San Juan que asegura que fue invención de su barman Ramón Portas Mignot

Es tal la importancia de esta mezcla para Puerto Rico, que en 1978 fue declarada como su bebida oficial y uno de los reclamos culturales de la isla. Ahora sólo te queda disfrutar de una tomando el sol y saborearla escuchando «Escape (The Piña Colada Song)«, de Rupert Holmes.

Ingredientes:

  • 50 ml de ron blanco (Bacardí Carta Blanca Superior es perfecto)
  • 50 ml de zumo de piña
  • 30 ml de crema de coco o de jarabe de coco en su defecto.
  • 1 rodaja de piña natural
  • 1 cereza marrasquino
  • Hielo (100 gramos)

Elaboración:

  1. Llena la licuadora o coctelera con hielo triturado.
  2. Agrega el ron blanco, la crema de coco y el zumo de piña. 
  3. Agita o mezcla hasta que quede suave. 
  4. Vierte en una copa enfriada.
  5. Guarnece con la rodaja de piña y la cereza marrasquino. 
+ posts

Licenciado en Ciencias de la Información en su rama de Periodismo por la Universidad Complutense, de Madrid y formando parte del equipazo de Bodeboca desde la primavera de 2018. Aparte de encantarme los vinos y los destilados, soy un viajero apasionado al que le gustan mucho el humor, la radio, el fútbol, la historia, el arte, la buena música, la criminología y la literatura. En los últimos tiempos he descubierto la paz en las plantas y la generosidad en los perros: se rumorea que estoy madurando. Ah, y como solamente se vive una vez, mi filosofía vital se encuentra a medio camino entre el hedonismo y el epicureísmo.