Cuando el arte y el vino van de la mano

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Que el vino es cultura en sí mismo no es nuevo. Tampoco lo es que el vino ha estado presente en la cultura desde tiempos inmemoriales. Frescos egipcios reproducen el pisado de la uva, pinturas griegas representan escenas de recolección, imágenes pompeyanas de Dionisos… En la historia del arte encontramos un sinfín de referencias al vino, incluso en artistas más contemporáneos como Pablo Picasso, quien incluyó un racimo de uvas en Las señoritas de Aviñón.

La conexión entre el arte y el vino ha servido de inspiración a bodegas como Campo Viejo, una de las riojanas más mediáticas que a pesar de ser también de las más clásicas ha sabido abrazar el street art y cada cierto tiempo suelen celebrar actos relacionados con esta disciplina. Son muchas las ciudades y varios los países por los que esta bodega ha viajado con su mensaje de aunar la creatividad artística con el mundo vinícola. Y allá donde han ido, han triunfado. Más de 50 años de experiencia a sus espaldas avalan la historia de Campo Viejo, una bodega que se ha adaptado a las nuevas tendencias y que continúa imparable como una de las casas de Rioja más conocida alrededor del mundo.

Según Elena Adell, enóloga de Campo Viejo, “los procesos creativos en la vinicultura y el arte son más parecidos de lo que cree la mayoría de la gente. Ambos empiezan con un lienzo en blanco y una visión de lo que deseamos conseguir. A continuación, el proceso nos lleva por un viaje de experimentación —con sabores o colores— hasta llegar a un resultado final satisfactorio. Animamos a la gente a expresarse de la misma manera que nuestros artistas urbanos, con vitalidad, compromiso y llenos de vida”.

Otras bodegas como Viña Pomal, la francesa Château Puech-Haut y Solar de Samaniego también han vinculado sus vinos al arte. La primera de ellas realizó acciones con distintos tatuadores de renombre internacional para que pirografiasen algunas de las barricas de su bodega de Haro. Puech-Haut cuenta con una colección de barricas pintadas por artistas y Solar de Samaniego llegó a un acuerdo con el artista Guido Van Helten para que hiciese arte con los depósitos de acero inoxidable de su bodega. Los resultados no pueden ser más sorprendentes.