Lagar de Fornelos

El lagar es precisamente la imagen distintiva de esta pequeña pero acogedora bodega ubicada en el término de Fornelos.

El rincón más entrañable es el comedor-salón de cata habilitado en la parte antigua de la casa con su impresionante y viejo lagar de piedra y madera recia. Detrás pasa el río Tamuxe, y en verano se oyen los gritos de los niños del pueblo que bajan a bañarse. En el terreno también hay ocas y, en las aguas, truchas y visones.

Sabiendo que no hay mucho más secreto para la obtención de un exquisito Albariño que unas uvas exquisitas, la bodega empezó la ardua tarea de ampliar un viñedo inicial de 5 hectáreas, al que fue sumando nuevas tierras a fuerza de luchar contra el minifundismo imperante en la zona. Al final, consiguieron reunir más de 100 hectáreas entre las fincas situadas en la subregión de O Rosal (88 hectáreas) y O Salnés (18 hectáreas), constituyendo uno de los viñedos más grandes que tiene en propiedad una bodega de Rías Baixas.

La vendimia en la comarca es primeriza, y Lagar de Fornelos cosecha las primeras uvas de toda Galicia en un viñedo que da la cara al mediodía protegido por montes que ahuyentan las brumas matinales.

A comienzos de 2025 la bodega hizo público el nombramiento de la enóloga gallega Olga Verde como nueva responsable técnica de Lagar de Fornelos tras la jubilación del que había sido el alma mater de la casa durante tres décadas, Ángel Suárez. Igualmente, el Ingeniero Técnico Agrícola Rubén de Castro fue también nombrado encargado de viticultura de Lagar de Fornelos.