Chamonix

Aunque fue en 1991 cuando el empresario y aventurero de origen alemán Chris Hellinger adquirió Chamonix, el origen de la propiedad se remonta siglos atrás, ya que formó parte de la histórica finca La Cotte, datada en 1688.

De esta forma, sus dominios abarcan 300 hectáreas, 50 de ellas de viñedos, que se extienden sobre las laderas orientales de las montañas de Franschhoek, en un rico entorno natural, de suelos pedregosos y arcillosos, además bendecido por su clima templado y su brisa fresca en los meses más calurosos del verano.

Precisamente la preservación medioambiental constituye uno de los pilares de la filosofía de esta bodega sudafricana, con prácticas como el empleo de abonos orgánicos o la cosecha en verde para garantizar los bajos rendimientos de las cepas.

La apuesta por la mínima intervención en el viñedo tiene su continuación en bodega con una elaboración tradicional con fermentaciones espontáneas sin aditivos ni artificios. Esta enología respetuosa, junto con las beneficiosas condiciones climáticas y la composición de los suelos, dan lugar a vinos expresivos de terruño, con una personalidad y un estilo únicos.

De su atractivo portafolio destacan su chardonnay y pinot noir, inspirados en Borgoña, y el tinto Greywacke Pinotage, uno de los vinos más exclusivos de la casa.