Bodegas Bhilar

Bhilar es una bodega boutique localizada en Elvillar, en la Rioja Alavesa, dirigida por la pareja formada por el viticulor y enólogo David Sampedro y la norteamericana Melanie Hickman. [break]

Tras terminar sus estudios de Ingeniería de Agrónomos, David se licenció en Enología. Su inquietud le llevó a viajar mucho y a emprender proyectos en diversos lugares de España, todos ellos con un denominador común: ser proyectos vitivinícolas que ponen en valor variedades autóctonas de viñedos viejos y sabios.

Elvillar es conocida por tener el mayor porcentaje de vides viejas de toda Rioja, por lo que no es exagerado decir que las viñas son el principal activo de los proyectos de David. Desde el 2006 se cultivan en ecológico y están en proceso de obtener la certificación biodinámica Demeter. El objetivo que persigue aplicando técnicas biodinámicas es cuidar los suelos, mejorando la fertilidad a través de preparados que vivifican el terreno. 

David ha estudiado los distintos tipos de suelos, exposiciones y alturas de sus fincas para poder transmitir esas características a sus vinos. En 2014, los tractores fueron eliminados y los caballos volvieron para trabajar las viñas.

Después de años de hacer sus proyectos personales en bodegas en alquiler donde además era consultor, David decidió enfocar toda su energía en sus vinos “Phincas” y en los proyectos personales en distintas partes de España. En 2012 comenzó su bodega de garaje cerca de sus viñas, en su pueblo, en Elvillar, y decidió ponerle el nombre del mismo pueblo, ya que Bhilar es Elvillar en euskera. La nueva bodega de intervención mínima se estrenó en 2016 y es un concepto de "bodega château" que se integra en el paisaje.

Una bodega de diseño sostenible basada en la utilización la energía solar y construida parcialmente subterránea, con depósitos de fermentación de hormigón (para ayudar a controlar la temperatura) y tinas de madera francesa.

Dentro de la gama de vinos que elabora David se incluye el proyecto personal de Melanie Hickman, Struggling Vines. Iniciado en 2016 con la compra de un viñedo muy especial que iba a ser arrancado y para el que Melanie destinó todos los fondos de su plan de pensiones. Un proyecto que bautizó con el nombre de su perro Hapa tras fallecer y que parte del rescate de viñas viejas y de una viticultura sostenible y biodinámica.