Somontano: vino y naturaleza a los pies de los Pirineos
El Somontano se atraviesa habitualmente de paso. Sin embargo, sus encantos hacen de esta región un buen lugar para parar. Su ubicación es estratégica, ya que se encuentra en el eje que conecta Cataluña con Aragón, Navarra y País Vasco. Y además, desde Madrid se puede llegar por autovía o en AVE bajándonos en las ciudades de Huesca o Lleida, ambas a unos 60 kilómetros.
Situada entre la llanura y la montaña (cuenta con viñedos que van de los 350 a los 1.000 metros de altitud), esta comarca es la antesala de los Pirineos, pero pese a tener un clima marcado por el contraste de temperaturas, este es mucho más templado que el que se registra unos kilómetros más al norte.
Cuando visité la zona me sorprendió algo: no vi grandes latifundios de viñedo, y es que aquí las cepas pasan desapercibidas aunque ocupen unas 4.000 hectáreas de extensión. Eso es porque las vides comparten espacio con almendros, olivos e higueras, plantaciones predominantes en la zona. Todo, por tanto, está en sintonía.


Por qué visitarlo
Cuando se habla del Somontano en el mundillo vitivinícola muchos aluden a las inversiones que al albor del ladrillo se produjeron en la zona a principios de este siglo. Esas inversiones se tradujeron en algunos casos en bodegas mastodónticas, a veces mal dimensionadas. Afortunadamente esa etapa quedó atrás, y la plantación de múltiples variedades foráneas ha dado paso a una mayor atención por castas autóctonas como la Parraleta, la Moristel o la blanca Alcañón.
Pero ojo, que nadie se lleve a engaño, que aquí uvas como la Chardonnay o la Gewürztraminer llevan instaladas más de 120 años, por lo que se pueden considerar de la casa. Así que sin duda, una visita a la zona servirá para eliminar prejuicios y comprobar una riqueza y variedad de estilos que no es fácil encontrar en otras regiones.



Qué visitar
Junto a bodegas tan populares como Enate o Viñas del Vero, el Somontano ofrece numerosos atractivos. El primero es Barbastro, con una impresionante catedral gótica, un bonito Museo Diocesano y su Espacio del Vino.
Otro municipio imprescindible es Alquézar, que forma parte de la Asociación de Pueblos más Bonitos de España. A sus pies se encuentra la Ruta de las Pasarelas, que permite contemplar el cauce del río Vero mientras se camina por encima de sus aguas.
Y la joya de la corona: el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, con barrancos y espacios naturales como el Salto del Bierge, una imponente cascada que desemboca en una piscina natural.
Además, desde el año 2000 durante el primer fin de semana de agosto se celebra el Festival Vino Somontano.


Qué comer
La gastronomía es otro punto fuerte del Somontano. Mención especial merecen los productos de la huerta como el cardo, la borraja, los espárragos o el famoso Tomate Rosa de Barbastro.
Otra especialidad son las recetas procedentes del cerdo, como las chiretas (un plato a base de tripas de cordero y condimentado con especias y arroz), la longaniza o las tortetas (especialidad elaborada a base de sangre de cerdo, pan rallado, harina y manteca).
En el apartado dulce destacan los crespillos, hechos con hojas de borraja rebozadas en una masa de huevo, leche y harina frita en aceite de oliva; el pastillo, una finísima empanada de calabaza; las flores de Barbastro de la Pastelería Güerri y el pastel Biarritz de la Pastelería Albás. Además, para una experiencia top es recomendable visitar el restaurante Trasiego.
Foto de portada: Bodega Sommos, en Barbastro.
A pesar de ser de Teruel, no me gusta el frío. En 2011 me licencié en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y he trabajado en medios como la Agencia EFE o Unidad Editorial. En 2013 me incorporé al equipo de Contenidos de Bodeboca y desde entonces he aprendido mucho sobre el mundo del vino y los destilados, el cual forma parte de mi día a día. Actualmente soy el Content Lead de Bodeboca y coordino a un apasionado grupo de redactores. Me encantan también el fútbol, el cine, descubrir nuevos restaurantes y viajar.