Valduero

Cuando se fundó Valduero tan solo existían seis bodegas embotelladoras en la región: era el origen del Consejo Regulador de la D.O. Ribera del Duero. [break]

Creada por Gregorio García Álvarez en 1984 en el pequeño pueblo burgalés de Gumiel de Mercado, a 16 kilómetros de Aranda de Duero, pronto se convertiría en un proyecto familiar con la incorporación de sus dos hijas Yolanda y Carolina García Viadero, actuales gestoras de la bodega.

Juntos han desarrollado el proyecto sobre tres sólidos pilares: unos viñedos repartidos en 125 hectáreas de viñedo propio de Tinto fino en Ribera del Duero de baja producción, 20 hectáreas de viñedo propio de Albillo mayor en Ribera del Duero y otras 40 hectáreas propias de Tinto fino en la zona de Zamora.

Los otros dos pilares han sido la construcción de una bodega singular por la combinación del sentido práctico y estético, y una gran orientación mercado, haciendo especial hincapié en la exportación.

La bodega, construida excavando tres túneles bajo una montaña a más de 30 metros de profundidad, alberga más de 4.000 barricas de roble y un millón de botellas.

Valduero tiene como premisa la elaboración de unos vinos excelentes en todos los sentidos. Por ese motivo, se envejecen y mantienen en bodega hasta que alcanzan el punto óptimo de evolución, basado en la potencia para crear su Crianza, Reserva y Gran Reserva. 

Elaboran entre 400.000 y 500.000 botellas al año, dependiendo de la calidad de la uva de cada añada. Con muy bajos rendimientos y con el objetivo constante de perseguir la máxima calidad y excelencia de sus vinos.

Una de las principales preocupaciones de la familia García Viadero ha sido siempre la calidad de la vid. Aseguran que una gran uva necesita tiempo y cuidado para desarrollarse y dar lo mejor de sí.

Con la experiencia de los años, catalogan la variedad Tinto fino como la mejor adaptada para vinos nobles y de alto perfil en Ribera del Duero. Esta es la razón de que todos los vinos de Valduero sean monovarietales.