La Rioja Alta, S.A.

El 10 de julio de 1890, cinco viticultores vascos y riojanos alumbraron, en lo que se conoce como el Barrio de la Estación de Haro, la "Sociedad Vinícola de la Rioja Alta". [break]

De esta manera comenzó una apasionante aventura empresarial en la que aquellos fundadores tenían como única ilusión la elaboración y crianza de vinos de gran calidad. Con ese propósito contrataron al enólogo francés Alfonso Vigier, que tomó el cargo de director técnico.

En 1941 la compañía adquiere su nombre definitivo: La Rioja Alta, S.A. Un año más tarde se registró la marca que más renombre ha dado a esta casa: "Viña Ardanza". Desde entonces, La Rioja Alta siempre ha defendido el espíritu creador de aquellos emprendedores que iniciaron la historia de esta bodega.

Los vinos de La Rioja Alta S.A se elaboran en dos bodegas que se complementan. Una está en el Barrio de la Estación de Haro. Es una bodega centenaria cuyas paredes guardan toda la tradición de los vinateros riojanos; un lugar idóneo para el reposo y la crianza. La otra bodega está situada en Labastida y es moderna y perfecta para garantizar un perfecto proceso de fermentación.

La sociedad gestiona fincas con una superficie total de 473 hectáreas, de las que 360 corresponden a viñedos mayoritariamente situados en los mejores pagos de la subregión de la Rioja Alta. Los viñedos están plantados fundamentalmente en varios predios de suelo calcáreo de la Rioja Alta: Rodezno, Labastida, Briones, etc. Pero con objeto de disponer de la variedad Garnacha, la empresa también cuenta con 63 hectáreas en el término municipal de Tudelilla, en la Rioja Oriental.

La producción media de los viñedos es de 5.000 kilogramos por hectárea (34,4 hl/ha), algo inferior a la autorizada por la D.O.Ca. Rioja (45,5 hl/ha), lo que no hace sino aumentar la calidad de sus uvas. El 80% de esas viñas están plantadas en espaldera y el 20% restante en vaso.

La Tempranillo domina las plantaciones, pero en los últimos años se ha cultivado también Graciano, con la que se espera dar una personalidad especial a los vinos. Por supuesto, la Garnacha se sigue empleando para elaborar el Viña Ardanza con la garra y elegancia de siempre. A esta producción se une la de antiguos proveedores, magníficos viticultores que aportan la calidad del fruto que requieren los vinos de esta casa.

En 2015, La Rioja Alta, S.A. celebró su cosecha número 125. Con motivo de este aniversario, la casa acometió mejoras en sus instalaciones con la incorporación de dos líneas de acceso de la uva a bodega, nuevas mesas ópticas de selección y un laboratorio de I+D+i de última generación. La inversión se completó con la adquisición de 62 nuevas hectáreas de viñedo de una media de 23 años de edad en la localidad riojana de Cenicero.