Corría el año 1835 cuando los socios franceses, Charles Audibert y Philippe Delas, se hicieron con una empresa de distribución y elaboración vinícola a la que renombraron con sus apellidos.
Los lazos entre ambas familias se estrecharon aún más, si cabe, cuando los dos hijos varones de Delas se unieron en matrimonio con las dos hijas de Audibert.
Así, los hermanos Delas se hicieron cargo de la empresa en 1924. Rápidamente se hicieron con un viñedo en Châteauneuf-du-Pape y ampliaron su número de hectáreas en propiedad en Hermitage. La empresa familiar continuó creciendo y su presencia en el mercado internacional comenzó a ser cada vez más frecuente.
En 1960, con la tercena generación de la familia al cargo de la bodega, esta casa pasó a convertirse en una de las más prestigiosas del norte del Ródano. Los años pasaron y los éxitos cosechados por la bodega no dejaron de crecer.
La familia Rouzard, propietarios de Louis Roederer y de Champagne Deutz se interesó por la bodega y la adquirió en 1993. En 1996 se confió la dirección a Fabrice Rosset, quien ha desarrollado una estrategia basada en vinos de gran calidad de las regiones francesas elaboradoras más prestigiosas.
En 1997 incorporaron al proyecto al talentoso enólogo Jacques Grange, quien trabajó durante 4 años con Michel Chapoutier y posteriormente con Jean-Luc Colombo, uno de los consultores enológicos más reputados en el Ródano.
En 2002 se sumó al equipo enológico Claire Darnaud-McKerrow, que junto a Grangeha llevado a cabo interesantes cambios en la filosofía y estilo de los vinos, elevando su reputación considerablemente en las últimas añadas.