Château Lafaurie-Peyraguey

La propiedad se vendió en 1742 al Barón de Richard, que realizó numerosas inversiones hasta alcanzar una explotación de 30 hectáreas con una bodega que contaba con 5 prensas, dos cubas y muchas otras mejoras. Durante la Revolución Francesa, el Barón fue guillotinado, Lafaurie-Peyraguey se convirtió en patrimonio nacional y el viñedo fue arrendado. En 1796 la República vendió la explotación y sus dependencias a Monsieur Lafaurie, que a su vez lo donaría a sus hijos en 1837.

En la clasificación oficial de vino de Burdeos de 1855 consiguió la máxima clasificación de Premier Cru Classé. En aquella época era nada menos que el vino favorito del Rey Alfonso XII.

En 1865, el Conde Duchâtel compra Lafaurie-Peyraguey y moderniza la propiedad. Tras la invasión del viñedo por la filoxera a partir de 1880, y más tarde por el mildíu en 1882, los propietarios de Lafaurie-Peyraguey tuvieron que hacer frente a una importante crisis que duró unos treinta años.

A lo largo del verano de 1917, un comerciante de la Lorena, Désiré Cordier, compró Lafaurie-Peyraguey. Tras la guerra, Cordier instaló en Burdeos una casa de comercio que aún hoy en día lleva su nombre. Esta casa garantizará en exclusividad la distribución de los vinos del Château Lafaurie-Peyraguey durante más de 80 años. Desde 1985, el Château Lafaurie-Peyraguey pertenece a la SPFF, una filial del Grupo GDF Suez.

De 1998 a 2004, un ambicioso programa de renovación de Lafaurie-Peyraguey ha rehabilitado el conjunto de las instalaciones, bodegas y Château. Los edificios técnicos han sido completamente renovados y puestos en conformidad con las nuevas normas legales y medioambientales. Las bodegas (climatizadas por entero) y la higrometría controlada, permiten una crianza del Grand Vin en condiciones óptimas. Su dueño actual, Silvio Denz, es un auténtico apasionado del vino y entre sus múltiples proyectos figuran algunos en compañía de su amigo Peter Sisseck.