El matrimonio de Nicolas François Billecart y Elisabeth Salmon en 1818 supuso el nacimiento de una 'maison' excepcional. Firma que dos siglos después mantiene su independencia y el empeño por lograr la máxima calidad en sus 'champagnes'.
"Dar prioridad a la calidad, vivir por la excelencia". Es el lema de Billecart-Salmon, bodega ubicada en el pueblo de Mareuil-sur-Aÿ, propietaria de unas 100 hectáreas de viñedo y controladora de otras 300 hectáreas repartidas en 40 crus de Champagne, desde la Côte des Blancs hasta la Montagne de Reims y la orilla derecha del Marne.
Pese a que desde 2005 el grupo Frey (La Lagune, Jaboulet, Corton André y casi 100 hectáreas de viñedos en Champagne) posee el 45% de las acciones, la séptima generación de la familia, encarnada en la figura de Mathieu Roland-Billecart, es quien dirige los designios de la casa, con el apoyo de Antoine, Jean y François Roland-Billecart Alexandre Bader. Lo que hace que conserve la esencia y el saber hacer transmitido de padres a hijos.
En este sentido, en Billecart-Salmon siempre han abogado por preservar los métodos ancestrales de elaboración del champagne, que, junto a las prácticas respetuosas con el medioambiente en el campo, propiciaron que en 2017 obtuviera la certificación de “Viticultura sostenible en Champagne”.
En el proceso de elaboración, los espumosos de Billecart-Salmon se distinguen por haber sido sometidos a una fermentación más lenta que la convencional para favorecer aromas más aireados y delicados, junto al dominio de las diferentes temperaturas de vinificación que contribuyen a preservar su frescura, limpidez y pureza ùnicas.