Cómo influyen las corrientes marinas en el vino
¿Qué convierte a la zona más árida del planeta en un territorio óptimo para el cultivo de la vid? A menudo observamos cómo algunos de los mejores vinos del mundo nacen de la influencia de los océanos. Te explicamos por qué con los siguientes ejemplos.
Ponte en situación. Chile está en la latitud de Marruecos (30º). A priori, podríamos pensar que sus vinos serán cálidos, con excesivo grado alcohólico y de sabores compotados. (loscoches.com) En cambio, la corriente Humboldt permite algunos de los mejores vinos de Cabernet sauvignon del mundo. Esta corriente de aguas frías proveniente del suroeste antártico contrarresta las elevadas temperaturas diurnas de las zonas en latitudes tropicales y subtropicales. Como resultado, vinos con mejor acidez de la esperada para esta latitud, más frescos y apetecibles.
Vamos ahora a Sudáfrica, donde la corriente de Benguela, también proveniente del polo sur, se dirige en paralelo a la costa oeste de África debido al movimiento de rotación de la tierra de oeste a este. Esto origina un clima desértico en zonas como Sudáfrica, ya que las aguas frías se evaporan con mayor dificultad que las cálidas. Y además, reduce las temperaturas, como sucedía con la corriente Humboldt en Chile. Igualmente, el este recibe la influencia de la corriente Cape Doctor, un viento fuerte, persistente y seco que sopla desde el sudeste de la costa sudafricana entre la primavera y el verano. Esta corriente también lleva tierra adentro aires enfriados en el mar, especialmente a los viñedos de Constantia, donde se elabora el vino de postre Vin de Constantia a partir de uvas de la variedad Muscat blanc de vendimia tardía.
En Burdeos, en cambio, la corriente del Golfo (templada y lluviosa) que arranca en el Caribe y llega hasta la costa norte de Noruega, produce el llamado «milagro bordelés». Es decir, a pesar de su latitud, las uvas maduran lentamente, lo que posibilita vinos equilibrados, con buena acidez y concentración. La humedad y una pluviometría propia de un clima marítimo provocada por las aguas más templadas, junto a la latitud, es lo que hace que Burdeos haya sido durante siglos uno de los centros de producción de vinos de mayor calidad, aunque tenga que trabajar para mantener a raya enfermedades de la vid relacionadas con la humedad.
Por último, vayamos a Sonoma y Napa Valley. Estas zonas vinícolas reciben la influencia de los aires frescos de las aguas normalmente frías del océano. En la Bahía de San Francisco cobra especial protagonismo la corriente de Alaska. El contraste de las aguas heladas de esta corriente con el calor ambiental propio del clima mediterráneo y de la proximidad del desierto de Nevada origina densas nieblas que hidratan los viñedos y favorecen la lenta maduración de las uvas. Como resultado, de nuevo, la cercanía a la costa origina vinos equilibrados y con buena acidez.
Periodista, convencida de que el vino es el mejor vehículo para viajar, descubrir historias de personas, paisajes y pueblos, una ventana desde la que asomarse al mundo. En otra vida hubiera sido perfumista o viajera, siempre en búsqueda de nuevos aromas y sabores.