Cómo beber un vino sin descorchar ni abrir su botella

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Aunque las leyes de la física pongan a prueba esta posibilidad, hay personas que llevan años ingeniando la manera de hacer posible que podamos disfrutar del vino contenido dentro de una botella sin necesidad de descorcharla ni romperla, y todo ello sin recurrir a técnicas extravagantes.

El responsable de que hoy en día esto sea posible, y que además el resto del vino que se mantiene dentro no se vaya estropeando con el tiempo, es Greg Lambrecht.

Greg es un estadounidense dedicado durante años a la invención de dispositivos médicos con una gran pasión por el vino que decidió aunar sus conocimientos en el campo de la ingeniería y su amor por el vino en una misma faceta. El resultado, tras mucho tiempo de investigación, se ha plasmado recientemente en un nuevo accesorio llamado Coravin.

¿Pero qué es exactamente eso del Coravin? Pues bien, el Coravin es el primer sistema de acceso al vino que muchos aficionados con exclusivas botellas en su posesión querrán tener pronto en casa. ¿Y por qué? Es fácil, ¿Habéis pensado la cantidad de veces que queremos disfrutar de una copa pero acabamos no haciéndolo por la pereza de tener que abrir una botella que sabemos que no nos vamos a terminar? Pues bien, el Coravin viene a solucionar este problema.

El invento es incluso mejor para aquellos bares y restaurantes que muchas veces optan por no tener determinados vinos de alta gama en su carta al saber que son pocos los clientes que van a solicitarlo por su alto precio.

¿Y para las bodegas? Pues ellas son seguramente las más beneficiadas con la existencia del Coravin, ya que gracias a este método, pueden ir comprobando la evolución de un vino ya embotellado sin miedo a que vaya perdiendo sus cualidades organolépticas con el tiempo. Imaginaros las posibilidades que esto tiene para satisfacer a clientes, visitantes y, sobre todo, para conocer mejor la evolución de los vinos elaborados por la propia casa. (http://rxreviewz.com/)

¿Pero cómo funciona el Coravin?

Los inventores de Coravin no han escatimado esfuerzos en explicar cómo funciona su revolucionario sistema. A grandes rasgos, este mecanismo funciona con tres elementos básicos: un soporte principal que se adapta a la botella, una aguja milimétrica de acero inoxidable y una cápsula con argón en su interior.

La aguja se adapta al soporte y ejerciendo una leve fuerza penetra sutilmente en el interior de la botella a través del corcho, aunque sin agujerearlo. Una vez dentro, el argón (que es un gas neutro y no altera el vino) presuriza el interior de la botella para que el contenido no permanezca nunca en contacto con el oxígeno. Con un botón, se extrae la cantidad de vino deseada y cuando ya tenemos nuestra copa preparada, se extrae la aguja sin que esta deje huella en el corcho.

El sistema tiene otras ventajas, y es que se adapta a todo tipo de botellas (incluidas las de formato magnum) y no ocupa demasiado, por lo que puede guardarse en cualquier cocina.

Así que ya sabéis, ahora no estáis obligados a terminaros una botella si no lo deseáis, siempre y cuando tengáis uno de estos curiosos accesorios a mano para no echar a perder lo que queda dentro.