Frontonio

Sin duda, la bodega aragonesa es una de las mejor puntuadas por la crítica. Sus vinos son top y su precio está al alcance de la mayoría. [break]

Fernando Mora MW es su impulsor junto con su socio, el también enólogo Mario López. Todo empezó en el garaje del primero, y ahora han convertido Frontonio en una de las bodegas más señeras, no sólo de Aragón, sino de toda España. 

En esta ocasión regresa la mayor parte de su catálogo con estrenos de añadas que una vez catadas nos han dejado claro que el proyecto sigue estando en el candelero. Es lógico que hayan recibido una buena catarata de puntos de parte de Luis Gutiérrez, Tim Atkin o la Guía Peñín entre otros. 

Lo que ha hecho singular a esta bodega de la localidad zaragozana de Alpartir, epicentro de la D.O. Valdejalón por la que discurre el río Jalón (afluente del Ebro), es que desde un lugar de cooperativas y vinos a granel, Mora y López apostaran por otra cosa; y que gracias a ello sus vinos fueran conocidos en medio mundo a través de las mejores tiendas y restaurantes.

Su reto fue acercarse a las variedades autóctonas, algunas de ellas realmente casi extinguidas, para dar lugar a vinos tintos y blancos que fueran auténticos, sin ningún artificio. La premisa no parecía la mejor para vender grandes cantidades de botellas, pero pasó todo lo contrario, Frontonio ha fidelizado a un público que añada tras añada no se pierde ninguna de sus bonitas botellas.

La Garnacha tinta como gran protagonista, pero no sólo, ya que en el porfolio que te presentamos hay también Macabeo, Garnacha blanca, Garnacha peluda y Mazuela, nombre por el que se conoce a la Cariñena en estas tierras.

Los dos elaboradores y propietarios han hecho homenaje al lema y esencia de la bodega: ir a contracorriente y no rendirse jamás, todo un homenaje a San Frontonio, patrón de Épila. Ese martir que, según la leyenda, habiendo siendo decapitado, consiguió que su cabeza remontara las aguas del Ebro hasta llegar al Jalón para reencontrarse con su cuerpo en la zona de Épila. Y es que ya se sabe que cuando a un aragonés se le mete algo en la cabeza...