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De esta colaboración de Envínate, uno de los grupos de enólogos más innovadores del país, y Alvear, una de las bodegas más antiguas de España, solo podían salir deliciosas sorpresas. [break]

Producciones limitadísimas de vinos muy singulares que recuperan una tradición. Este es el resultado del deseo de ambas partes de elaborar vinos con los que mostrar la personalidad única de cada parcela elegida en la Sierra de Montilla Calidad Superior. El resultado no puede ser más interesante.

"En los vinos de Andalucía no se le ha dado la importancia que merece al viñedo. Nuestra filosofía es respetarlo, preservar las variedades autóctonas, la historia del lugar y las personas", explica Roberto Santana, de Envínate, en una entrevista para nuestro magazine Vignerons con motivo de esta Venta Privada.

Aún recordamos vivamente aquel emocionante momento en que catamos por primera vez los vinos de esta colección. Éramos conscientes de su limitada producción, de su esmerada elaboración y de quiénes estaban detrás de estos vinos que no solo no nos defraudaron, sino que supusieron una grata sorpresa. Envínate y Bernardo Lucena, el enólogo de la casa Alvear, una de las bodegas más antiguas de España, fundada en 1729.

Una de las claves del proyecto la encontrarían en las viñas viejas de Pedro Ximénez, plantadas en vaso y cultivadas por viticultores que en muchos casos superan los años de vida de sus cepas, con una media de 50, una edad avanzada para los viñedos de la zona. Hablamos de parcelas que en un futuro próximo pueden quedar abandonadas y que gracias a Envínate y Alvear se han revitalizado con este proyecto.  

Con la idea de ver cómo se manifestaba la personalidad del terruño en el vino, decidieron llevar a cabo dos tipos de elaboraciones: con pieles y sin ellas, y después de que el vino fermentase, lo llevarían en ambos casos a tinajas ovoides de hormigón, donde reposaría durante ocho meses.

En ese tiempo sucedía el milagro del velo de flor, esa capa ligera de levaduras formada en la superficie del vino que viene a ser uno de los fenómenos más fascinantes de la enología. Si el terreno expresaba una gran personalidad, destacaría aún habiéndose el vino vinificado con pieles. Esa era la premisa.

El resultado de unir todas esas piezas de un puzzle de parcelas y elaboraciones es el denominado Vino de pueblo, el ensamblaje estrella de este proyecto, el vino que representa la identidad de la Sierra de Montilla, con un 40% del vino elaborado con pieles y un 60% sin ellas.

Es un homenaje a los llamados vino de pasto, tradicionales entre los paisanos de la zona. Un imperdible para entender la filosofía de Envínate y la apuesta de Alvear por la historia de su gente y su territorio.