Venta la Vega

Venta La Vega reúne los requisitos necesarios que debe tener un proyecto para que uno de los mejores enólogos del mundo ponga sus ojos en él para elaborar su propia gama de vinos. [break]

La historia de esta bodega empezó en 2004, cuando el almanseño propietario del viñedo decidió hacer realidad lo que hasta ese momento era una ilusión: elaborar vino con parte de sus uvas, que hasta entonces vendía en su totalidad a otras bodegas.

Fue el punto de partida de un proyecto que con el tiempo acabó en manos de MGWines, un grupo de bodegas creado por la familia alicantina Miñano con el fin de recuperar proyectos venidos a menos pero con singularidades propias.

Esta bodega siempre estuvo ligada a un viñedo único, una gran extensión de Garnacha tintorera ecológica, en un interesante paraje de la sierra de El Mugrón, a unos 1.200 metros de altitud, con diversidad de suelos en función de la altura a la que se encuentre la vid, o bien caliza o bien más arcillosa. 

El hecho de que Raúl Pérez se fijase en Venta La Vega como lugar donde elaborar una gama propia de vinos lo propició la adquisición de Bodegas Estefanía por parte de MGWines, en el Bierzo, en la que el enólogo también trabaja. 

Ese vínculo y el paraguas de estar bajo el mismo grupo de bodegas permitió que Raúl Pérez viajase hasta Almansa y descubriese el viñedo de Venta La Vega. Fue en torno a 2015 cuando se empezó a idear la gama de vinos Ternario, una de las dos líneas de vinos ecológicos y veganos que actualmente elabora la bodega.

En todos ellos, la Garnacha tintorera es la principal protagonista, como lo es en las 225 hectáreas de viñedo ecológico que la bodega posee en Almansa, de las cuales 80 están plantadas con esta variedad autóctona de la zona.

En este entorno rico en agua y con un microclima especialmente benigno para la producción de vinos sin tratamientos químicos, MGWines refuerza su compromiso con vinos singulares, de variedades autóctonas y respetuosos con el medio ambiente.